Qué manía con nombrar mujeres para todo
El poder en la judicatura, igual que en las empresas y la política, en los medios y en los supermercados, también en las universidades, en los ejércitos y en las pymes, debería estar en manos de sus profesionales más capaces. Ojalá un reparto del poder basado únicamente en la excelencia. Uno que nunca ha existido hasta ahora porque a la mitad de la población se la ha excluido de ciertos puestos de poder, al margen de su talento. Lo que significa que la otra mitad, tuviera o no talento, tenía garantizada una cuota de privilegio.