Las falsas amenazas de suicidio de Podemos, la esperanza de Sumar y la descomposición del PSOE
A veces me preguntan por qué suelo opinar con tan mala leche sobre los asuntos públicos, y siempre respondo que así es como se opina cuando no pretendes que nadie te haga favores y tienes el orgullo de vivir de tu trabajo (y tienes un poco de mala leche como, reconozco, tengo yo). Y suelo decir también que, si muchos paniaguados de los partidos no dependiesen económicamente de que tal o cual líder les mantenga en las listas, dirían cosas mucho más ásperas e hirientes que yo. Pero como no es el caso, siguen chupando los pies del líder hasta que éste muestre debilidad o incapacidad para seguir manteniéndoles económicamente en el futuro, en cuyo caso le abandonarán.
Hoy hemos empezado a ver esto en el PSOE. Lambán, Ximo Puig o Page se han rebelado abiertamente contra Sánchez por los cambios que les ha impuesto en las listas territoriales al Congreso. Lambán se ha negado a acudir al Comité Federal y ha emitido un duro comunicado contra las imposiciones de Sánchez. Jamás se habría atrevido a hacerlo hace 4 años, pero hoy ve a Sánchez como un cadáver político y, asumiendo que el 23J perderá las elecciones y será otro quien corte el bacalao en el partido, osa desafiarle, posiblemente con la intención de presentarse ante ese nuevo liderazgo como uno de los valientes que plantó cara a Sánchez cuando aun mandaba. Mal augurio que se contrapone con la férrea unidad de la coalición de neofranquistas y amantes de los sobres que pretende gobernar el país los próximos 4 años.
Pasemos del centro a la izquierda. Sumar ha logrado unificar a 16 partidos progresistas de todo el país. bajo el liderazgo de una ministra que, sin ser ni mucho menos perfecta, ha conseguido importantes logros en materia de derechos sociales y tiene una imagen de política madura y dialogante. Podemos, hundido por sus pésimos resultados en las autonómicas (rondando del 5% de los votos en la mayoría de territorios pese a ir en coalición con IU, de modo que el voto netamente de Podemos debe rondar el 3%), centra sus reivindicaciones en que la esposa del líder en la sombra esté en las listas. No lo conseguirán. Ante ello, amenazan veladamente con ir solos a las generales a través de un partido instrumental (Juntas Sí Se Puede) que, en el colmo del esperpento, registraron el otro día y que, cuando les preguntaron el por qué de tal decisión, adujeron que lo habían registrado "por error" (nadie se traga una mentira tan burda, pues registrar un partido requiere un importante trabajo burocrático que nadie hace "por error"). La amenaza es vana.
Podemos no irá solo a las generales porque sabe que no sacaría representación y, sobre todo, porque necesita como agua de mayo ese 23% de los recursos económicos ligados a la representación parlamentaria global de la coalición que han pactado con Sumar. El partido está en números rojos, debe devolver 800.000 euros en microcréditos con unos recursos económicos que iban ligados a los resultados de las autonómicas y son prácticamente inexistentes, y no tener escaños en el Congreso les condenaría a la bancarrota. Por eso tragarán y aceptarán ir en Sumar sin Montero. Y yo me alegro profundamente.
Montero nunca habría estado en la cúpula de Podemos de no ser pareja de Iglesias, lo dije desde el primer día y lo mantengo. Es prepotente, profundamente autoritaria, incapaz de reconocer un error (en eso es igual que el marido), carece de templanza y madurez y, precisamente por esto último, son famosos en el Congreso sus muecas de rabieta contenida y sus ojos llorosos cada vez que le atacan desde la oposición. El resto de ministros mantienen la compostura, tragan los ataques más duros sin inmutarse y responden con contundencia, porque entienden que sufrirlos es parte del juego. Ella, cual niñata consentida, se enfurruña y llora, porque vive en una burbuja de aduladores que comen a su costa y solamente le repiten que es maravillosa y no se equivoca nunca.
Así se entiende el penoso espectáculo de la reforma de la Ley del Solo Sí es Sí. La progresía mediática, los jueces, los reptilianos...todos tienen la culpa de las rebajas de penas menos ella. Da igual que el TS, por unanimidad de magistrados progresistas y conservadores, las haya avalado. Da igual que la ONU haya reprochado duramente a España los errores legislativos que llevaron a esas rebajas. Todos tienen la culpa menos ella. Y si de ella dependiese, seguiríamos con la ley sin reformar, porque sus pajas mentales son más importantes que las excarcelaciones. Necesitamos políticos inteligentes, formados, brillantes, de carácter noble y humilde, firmemente comprometidos con el bien común y dispuestos a dar un paso atrás cuando proceda porque, entre otras cosas, tengan carreras profesionales que no les hagan depender del sueldo público. Necesitamos la antítesis de Montero.
Podemos irá en Sumar sin Montero, y me alegro porque ese 2-3% de los votos que puedan aportar serán importantes en algunas circunscripciones. Yo votaré a Sumar con la nariz tapada, porque su candidato por Murcia no me gusta, pero lo votaré con la esperanza de que pueda paliar los efectos de la descomposición del PSOE y salvar al país del gobierno derecha-ultraderecha que nos viene. Desde luego, la capacidad de aunar a tanta gente distinta es ilusionante, y representa todo lo contrario de la secta de pensamiento único en la que, poco a poco, Iglesias y su séquito han convertido a Podemos.