Taleb Abdulmohsen, originalmente de Arabia Saudita, huyó de su país en 2006 tras ser acusado de violación y estar implicado en otros crímenes graves. A pesar de las solicitudes formales de extradición por parte de Arabia Saudita, Alemania rechazó estas peticiones, citando preocupaciones sobre derechos humanos, a pesar de la evidencia clara de sus actividades criminales. Una vez en suelo alemán, Abdulmohsen se reinventó como un disidente, proclamándose públicamente como ateo y ex-musulmán, una estrategia que probablemente buscaba asegurar asilo.