Cuando engañador y engañado llegan a un consenso: a propósito de las vacas de Casado
La descomunal (y sobre todo artificial) polémica que se ha generado a raíz de las declaraciones de Garzón, tiene como trasfondo la siguiente realidad: hay explotaciones ganaderas en las que las vacas se tiran la práctica totalidad del tiempo desde su infancia hasta su muerte en un cubículo donde literalmente no pueden dar un paso. Esto ahorra muchísimos costes a los ganaderos pero genera un sufrimiento bestial a los animales. Ese sufrimiento y lo absolutamente insano de la vida que llevan, repercute en la calidad de la carne, pues obviamente no tiene la misma salud el individuo que hace deporte todos los días y lleva una existencia sana que el individuo que se tira la vida entera delante del ordenador comiendo risketos (y aquí tendríamos que imaginar un caso extremo donde ese individuo permanece las 24 horas en la silla de su ordenador sin parar de devorar risketos). Y como una imagen vale más que mil palabras, os dejo unas cuantas blogs.20minutos.es/la-gulateca/2022/01/10/asi-son-las-macrogranjas-por
Ambas cosas son absolutamente evidentes e implican sendas consecuencias: si te comes la carne de una macrogranja o de una explotación intensiva donde la vaca o el cerdo no salen del cubil en toda su vida, estarás metiéndote al cuerpo un producto de mucha menos calidad que la carne de una vaca que ha corrido, pastado en el campo y disfrutado aire puro diariamente. Y también estarás siendo cómplice del sufrimiento del animal. Porque, más allá de la evidente sensibilidad y la considerable inteligencia de las vacas o los cerdos (que conoce cualquier persona del mundo rural), todo mamífero con patas tiene la tendencia de correr, retozar, ejercitarse y sentir el placer intrínseco del contacto con la naturaleza. Imagínate lo que es verte privado de ello durante toda tu existencia, en un agujero oscuro donde no puedes mover un músculo y simplemente te ceban para cuando llegue tu hora. Las consecuencias son palpables. Sólo hay que ver el comportamiento del ganado cuando lo sueltan en el campo, y sólo hay que ver el comportamiento zombi de las reses de las macrogranjas.
Casado decidió iniciar su campaña en Castilla y León condenando el despreciable ataque de Alberto Garzón contra la ganadería española, y para ello acudió a una explotación ganadera extensiva, donde las vacas pastaban en pleno campo, podían correr y llevar una vida totalmente sana. Y claro, un periodista le preguntó "oiga, si éstas son las granjas que defiende Garzón...lo lógico sería que usted se hubiese ido a una macrogranja y se hubiese hecho la foto allí". Y Casado replicó "bueno, nosotros defendemos todas las explotaciones ganaderas". La cuestión es: si defiendes todas las explotaciones pero sólo se ha criticado a unas ¿Por qué no acudes a ésas y tienes las narices de defenderlas in situ? La respuesta es clara: porque esas explotaciones hieren la sensibilidad de cualquiera, y no conviene mostrarlas. Igual de obvio que tu condición de cínico miserable, que pretende engañar al personal haciéndole creer que Garzón criticó las granjas como la que muestras, en lugar de los agujeros nauseabundos de las macrogranjas.
Habrá gente a la que Casado haya engañado por falta de información, pero muchos otros querían ser engañados. Eran conscientes del infierno de las macrogranjas, igual que del cambio climático, la destrucción del medio ambiente y tantas otras atrocidades que tienen y tendrán un impacto directo en sus vidas, aparte de manchar sus manos de sangre por apoyar indolentemente a los partidos que las defienden. Pero les resultaba desagradable, así que alcanzaron un acuerdo tácito con Casado por el cual él les engaña burdamente y ellos se lo tragan atrofiando conscientemente su sentido común. Si fuesen maduros, querrían que todos los líderes de derecha y extrema derecha les hablasen de que el cambio climático no existe, el sufrimiento animal es un delirio progre o la contaminación del aire es un camelo, delante de vacas enrejadas, bosques deforestados o chimeneas industriales inundando el cielo de nubes negras. Pero son demasiado cobardes para aceptar las consecuencias de sus actos, y por eso aceptan el burdo engaño de Casado o de los líderes norteamericanos vendidos a las grandes multinacionales, que hacen spots rodados en campos bucólicos para negar el calentamiento global o la deforestación.
Hay una frase de Ned Stark en Juego de Tronos que me encanta: quien dicta la sentencia debe blandir la espada para ejecutarla. Si quieres vender tu alma al diablo, debes tener el coraje de mirarle a los ojos cuando lo hagas. Comprender el precio, asumirlo y pagarlo. Carne más barata a cambio de calidad y sufrimiento extremo. Comodidad a cambio del resentimiento de tu salud por la contaminación y el futuro de tus hijos. Si lo aceptas, serás un bastardo estúpido y cortoplacista, pero es mejor que ser un bastardo estúpido, cortoplacista y cobarde.