Que pim, y que PAM - Despilfarro del dinero público, odio, e ideología de género
Llevo un tiempo sin demasiadas ganas de fijarme en lo que ocurre a mi alrededor, bastante desconectado de las noticias oficiales del bloque de la OTAN (especialmente de la propaganda televisiva), excepto para contrastar afirmaciones extraordinarias que requieren evidencias extraordinarias.
El resumen de la actualidad en la prensa oficial es que Eurasia nunca estuvo en guerra con Oceanía, y que el Gran Hermano va a aumentar las raciones de chocolate desde unas miseras 10 onzas a unas superlativas 8 onzas, y que la producción de botas militares este ejercicio ha superado las previsiones iniciales dadas por MiniPax.
Los 2 minutos de odio donde un payaso cómico arenga a las masas contra el Emmanuel Goldstein de turno, ya sea en los Premios Grammy, en un partido de fútbol, o en el congreso de los YUESEI, son sobradamente documentados por la telepantalla enganchada como un IoT a algún servicio cloud donde se recogen las estadísticas de la audiencia, y se realizan estudios sobre el fervor del odio fresco y limpio.
Cosa que ya se sabía.
Hasta que un día me encontré, de repente, a PAM. PAM, Angela Rodríguez, chulesca y deshinibida (hasta ahí sin problemas, cada uno es como es), dice que los hombres la odian por ser mujer y bisexual (uy, aquí ya no vamos tan bien), y que si "¿por qué les damos miedo?"(WTF?). Así que, en mi caso particular, como me gusta conocer la razón de mis pulsiones, quiero saber el por qué de ese odio, y sobre todo decidir si es justificado.
Sobre el odio
Sinceramente, el odio es una emoción extenuante. Hace falta un motivo para sentir el agravio y una dedicación exclusiva para sentir odio. El odio mata a la mente, la nubla con deseo de venganza y esto hace que intentes acortar el camino entre tú y tu venganza contra el objetivo del odio. Normalmente hay errores de ejecución, y sobre todo, de juicio en ese proceso si vas en caliente. Pero si dejas pasar el tiempo y te planteas servirla fría, para hacer las cosas sin prisas y prestando la atención al detalle, la venganza no sabe bien como apunta el refrán. De hecho te deja un sentimiento de vacío y frustración.
La experiencia indica que indiferencia y el olvido joden más.
Sobre PAM
Dentro de los divertimentos del INGSOC, llamemos MiniLuv, el ministerio del amor, al lugar de donde PAM ha surgido como una estrella protagonista de los saraos pagados con dinerito público: la constatación de que alguien completamente irrelevante puede tener sus dos minutos de gloria (y un sueldo de seis cifras) gracias a... A... ¿a qué, por los clavos de jesufistro?
Veamos su CV (gracias wiskipedia): licenciada en filosofía en la Universidad de Santiago de Compostela, master en creación e investigación en arte contemporaneo por la Universidad de Vigo, master en malos tratos y violencia de género por la UNED, activista en el movimiento 15M en Santiago de Compostela, y diputada en el congreso desde entonces con sus consabidos 70K de sueldecito público + dietas y prebendas. Se coloca como Secretaria de Estado en el ninisterio de Tartitas y Abracitos con unos 119566.08 € de sueldo + prebendas y dietas.
Sus trabajos principales han estado en la ley del solo sí es sí, la ley para la igualdad real y efectiva y para la garantia de los derechos de las personas, violencia vicaria y la suspensión del régimen de visitas ante sospechas de violencia de género.
PAM y el populismo presuntamente de izquierda
Bueno, pues como ya sabíamos, uno de los grandes logros de la memocracia populista es vender como conquistas sociales a derechos que ya existían, e instrumentalizarlos para ser subvertidos. A cambio, me voy a limitar a hacer unas apreciaciones
Sobre la igualdad real y bla, bla, bla, cito directamente:
Artículo 14 de la Constitución española: “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
Acerca de la VIOGEN
Una de las cosas que me llama la atención es la siguiente, y es el hecho que le llamen violencia de género a algo que claramente está dentro del espacio conyugal y que estaba ya tipificado como violencia doméstica. Vereis que el hecho de que violencia machista (o misógina) será la de alguien que odia a cualquier mujer por el hecho de serlo y por tanto nos encontramoss ante un sujeto psicopático o sociopático que no discrimina a ninguna mujer por el hecho de serlo: las odia a todas por igual, las mataría con el mismo gusto a todas por igual.
Pero la violencia doméstica es la que se produce en el ámbito intrafamiliar y, sin embargo, se convierte en violencia de género cuando el hombre agrede a la mujer, y no al revés, que ni siquiera se contabiliza.
Acerca de la violencia vicaria
Dentro de los delitos inventados, aunque ya existentes, está el que un hombre mate a sus hijos para vengarse de su mujer. Que algo tan terrible e incomprensible como quitarle la vida a un hijo suceda, es tan triste como difícilmente una novedad: está recogido ya en la mitología de la antigua grecia (Hercules, a sus hijos con sus propias manos - incluyendo a Megara, su mujer, en una locura transitoria patrocinada por ¡Hera!), o incluso un intento de asesinato de Abraham, en nombre del dios de los judíos.
Lo que sí que no cuela es que, si lo hacen las madres, no sea violencia vicaria, y de hecho es que lo hacen más a menudo, como el propio gobierno relata con la boquita pequeña en este enlace: theobjective.com/espana/2022-07-02/gobierno-madres-hijos-padres/
Acerca de la deconstrucción del género femenino
Decía Renton en Trainspotting que en 1000 años no habrían hombres ni mujeres, solo gilipollas. Que esta perla de sabiduría se haya puesto en boca de un filósofo y yonki emérito no deja de ser una ironía. Renton, al igual que los Monty Python en su sketch de Stan/Loretta queriendo tener derecho a poder ser madre en "La Vida de Brian", intentaba ser sarcástico, no profeta.
La cosa es que con la autodeterminación de género, tenemos los dos biológicos de siempre, y 31 más que están relacionados con el mundo LGTBI++. España ha avanzado muchísimo en conceder derechos al colectivo LGTBI++: matrimonio, adopción, y autodeterminación de género. Gracias a esto, cualquiera puede declararse mujer y disfrutar de las ventajas del heteropatriarcado machista y represor y opresor. Gracias a ello, la mujer biológica ha quedado relegado a una persona que genera estrogenos de forma natural para no ofender a los transexuales, que siempre quedan por delante en los concursos de belleza femenino, en el deporte femenino, y sobre todo, intentan (con dos cojones) que el hombre se vea estigmatizado porque los hombres "de verdad" no quieren nada con "ellas". No hablaré de las mujeres que han transicionado a hombres, porque eso ya es de traca. ¿Por qué, curiosamente, no destacan en ningún aspecto de la vida pública y no salen en las noticias en concursos de Mr Universo, o en el deporte, o como influencers? Mi apuesta personal es que se debe a los privilegios heteropatriarcales de ser hombre, esos que no te garantizan ninguna palmadita en la espalda, sino aguantar el tirón y tragar con lo que te venga, en silencio y con una sonrisita, que es lo que se espera de ti. Siguiendo con los microdramas y microagresiones WOKE, mi apreciación personal es que no hay nadie que odie más a la mujer por ser mujer que los propios Trans, llamando TERFs a las mujeres que señalan el abuso legal que da preferencia a una trans sobre una mujer (dando igual puntuación que una discapacidad en una oposición, por ejemplo), y el ninguneo de la mujer que es mujer al reducirla a persona menstruante.
Con todo, la lista de agravios hacia la mujer es siempre infinito, a pesar de que la mujer (biológicamente hablando) tenga 3 veces la lista de fobias reconocida por los hombres, la culpa es siempre del machismo, factor común a todos los males del mundo. El problema es que a esos hombres tan machistas los crían las mujeres: los educan, los condicionan para no tener fobias, pero también los crian para ser los hombres que ellas quieren que sean; inteligentes, trabajadores, sin complejos, fuertes, sacrificados, sin miedos, sin derecho a quejarse. El espejo que necesitan, el complemento a su vida.
Reconozcamoslo, el hombre no es libre para hacer lo que le plazca: siempre hay una mujer detrás de un hombre, si no madre, hermana, mujer, o novia, fiscalizando lo que hacemos, y sobre todo diciéndonos lo que podemos y no podemos hacer creandonos un sentimiento de culpa desde el minuto 0 si no entramos por la tira (y si no, atente a las consecuencias: a la puta calle y debajo de un puente, con suerte). Que nadie se sorprenda si hay hombres hartos de todo esto: los que no dicen ni pío y siguen aguantando el tirón, los que se quitan de enmedio, y los que se borran del género, y los que deciden que ya está bien y viven su vida en soledad. Tampoco se habla del maltrato de la mujer hacia el hombre, en el mejor de los casos emocional, en el peor gaslighting que busca anular y castrar hasta conseguir la completa sumisión y anulación de la pareja: los hombres no hablamos de eso, tragamos y seguimos adelante. El hombre es un recurso, un proveedor, una fuente de financiación, y somos manipulados desde la cuna para ser el que se parte la espalda, sin esperar nada a cambio más allá de la satisfacción del deber cumplido con una aprobación desganada en forma de gruñido.
En el Marxismo, la familia tradicional se reconoce como un ente que perpetua la alienación del individuo a través de la transmisión de los valores culturales tradicionales del capitalismo, y por tanto era una institución que debía ser suprimida. Engels habla de la monogamia en la familia tradicional, como una obligación para las mujeres, y como un privilegio de hacer lo que quieran para los hombres. La revolución industrial y la incorporación de la mujer al mundo laboral ha ido dinamitando ese papel de la mujer. A cambio se incrementa su carga de trabajo al pasar de ser la transmisora de los valores y la cultura, a tener que trabajar para colaborar en el sostenimiento de la familia.
El mismo Engels acusaba al sector más conservador capitalista de impedir a la mujer dedicarse profesionalmente a nada, cosa curiosa porque al mismo tiempo el capitalismo ha usado a las mujeres para tumbar los salarios en los sectores donde ellas son mayoría, porque aceptan peores condiciones económicas, reducción de jornada, y trabajos menos cualificados, para priorizar otros aspectos de su vida. Sin tener en cuenta que es ilegal pagar a una mujer menos por el mismo trabajo que a un hombre (trabajo por hora realizada).
Y es que han cambiado mucho las cosas desde que Marx y Engels hablaron de la dialéctica materialista, aunque no tanto desde que se alcanzase libertad y equidad en los derechos civiles. Esto, como ya se ha comprobado, no quiere decir que todos queramos lo mismo, ni que por tener los mismos derechos y libertades, seamos iguales. Afortunadamente.
No obstante, el movimiento Woke en Occidente defiende la destrucción y la desaparición de la mujer como ser humano con cromosomas XX con sus acciones, al igual que la cacareada igualdad y paridad solo va en salarios de alta dirección y no en trabajos penosos, o de alto riesgo.
El ministerio de la que PAM es secretaria de estado, no ha conseguido nada tras incrementar su presupuesto hasta los 573 millones de euros, excepto varios titulares donde tanto los políticos como las personas, como las consecuencias de sus actividades quedan en entredicho. No ha conseguido que haya paridad en las ingenierías, ni ha conseguido que las mujeres se interesen por las tecnologías. A cambio, ha conseguido que las verdaderas víctimas de la violencia doméstica, las que mueren a manos de su pareja, no estén en el centro del debate, sino los problemas que la legislación, fundamentalmente ideológica, introducida por su partido político está causando: la revisión de condenas a la baja y desaparición de la presunción de inocencia.
Sólo me pregunto qué hubiera pasado con ese dinero si se hubiera dedicado a contratar más médicos, enfermeras y dotar de más medios al ministerio de sanidad, y a mejorar las condiciones de la ley de dependencia, por poner un pequeño ejemplo.
573 millones de euros dilapidados en nombre de 11 víctimas de mujeres a manos de su pareja en España durante 2022: es decir, que si en españa hay 47.615.034 personas, y aproximamos un 50% de mujeres, tenemos que la probabilidad de muerte a manos de una pareja es del 0.0000462%. Por poner un ejemplo, la DGT publicó que en 2020 262 mujeres murieron en accidente de tránsito, lo que es el 0.0011% (sí, es "bastante" más probable), y no he visto a nadie quejarse de que los hombres mueran 4 veces más en accidentes de tráfico que las mujeres, ni un ministerio dedicado a la demonización del tránsito y el transporte.
Tampoco tenemos cifras de cuantas vidas ha podido salvar el Ministerio de Sanidad dotando de ese dinero al sistema nacional de salud.
Epílogo
No PAM, no te odio. Ni siquiera me das lástima. Tus dos minutos de fama pasarán, quedarás en el olvido como alguien que quiso ser y no pudo, rodeada (con suerte) de gatos, pero con la pensión máxima garantizada por el estado que te ha mantenido desde que te dedicaste de forma profesional a no pegar sello en política. Un nombre que nadie se dignó a escribir en el agua