La oferta de trabajo de "becario experto en desarrollo web" que Menéame ha publicado y la necesidad de tumbar la reforma laboral
Hace unas horas se publicó en link esta oferta de empleo www.linkedin.com/jobs/view/becario-de-desarrollo-web-at-menéame-28165 donde Menéame ofrece un puesto de "becario" que literalmente sea un "desarrollador capaz de construir un producto con millones de visitas al mes". El "becario" deberá tener los siguientes conocimientos informáticos:
Imprescindible
Experiencia extensa y demostrable en PHP + JS
MySQL
Cuidadoso en el código, búsqueda de eficiencia y elegancia
Experiencia desarrollando API’s: versionado, consistencia
Conocimientos de git, todo el código de Menéame está versionado en Github
Deseable
Algo de experiencia y cuidadoso en frontend: javascript, css, html
Conocimiento de sistema de plantillas que utiliza Menéame Haanga, o algún sistema similar como twig
Conocimiento del código de Menéame y de su funcionamiento en general
Ganas de aprender administración de sistemas
Experiencia con algún framework tipo rails/django/symfony
Experiencia en equipos de desarrollo de proyectos con alto tráfico
Residencia en Santiago de Compostela o cerca (Valoramos la opción de 100% remoto, aunque sería bueno que te acercaras de vez en cuando por nuestra oficina)
Cualquiera con conocimientos informáticos sabe que los anteriores requerimientos son propios de un especialista plenamente formado. Sin embargo, en el anuncio Menéame deja claro el perfil de "becario-experto desarrollador web" que busca: "estamos abiertos a distintos perfiles, desde alguien junior que todavía está estudiando hasta un recién titulado".
Es evidente que Menéame busca una persona con plena competencia profesional a cambio de un sueldo basura ¿Pero por qué hace tanto hincapié en que debe estar estudiando la carrera o ser recién titulado? La respuesta la tenemos en la reforma laboral y dos tipos de contrato basura que engendró: el contrato en prácticas y el contrato para la formación y el aprendizaje.
El contrato en prácticas está ideado para explotar a gente que se haya licenciado o graduado hace no más de 5 años. Si te licenciaste, por ejemplo, hace 3 años, podrán hacerte este contrato basura en el que trabajarás exactamente lo mismo y haciendo exactamente las mismas funciones que un empleado normal...PERO COBRANDO EL 60% DEL SUELDO QUE POR CONVENIO COLECTIVO CORRESPONDA A ESE EMPLEADO NORMAL EN TU PRIMER AÑO DE CONTRATO, Y EL 75% EN EL SEGUNDO. Es decir, cobras prácticamente la mitad que un informático normal por hacer el mismo trabajo, simplemente por el pecado de que te licenciaste hace 3 o 4 años sepe.es/HomeSepe/empresas/Contratos-de-trabajo/contrato_en_practicas.h
Y el contrato para la formación y el aprendizaje es aun mejor. Está ideado para gente que se encuentra estudiando (por ejemplo) un ciclo formativo en desarrollo web pero no ha acabado sus estudios. Mediante el contrato, el chico entra en la empresa que "le tutoriza" enseñándole la realidad práctica del trabajo para el cual está estudiando. En realidad, el chico trabaja como un informático más (a la vista está en el anuncio de Menéame) pero COBRA SÓLO EL SALARIO MÍNIMO INTERPROFESIONAL Y ENCIMA LA EMPRESA SE LLEVA BONIFICACIONES EN MATERIA DE COTIZACIÓN Y FINANCIACIÓN PARA LA FORMACIÓN DEL "APRENDIZ" www.sepe.es/HomeSepe/empresas/Contratos-de-trabajo/contratacion-formac
En definitiva, que resulta imperativo acabar con estos contratos que institucionalizan la explotación laboral y discriminan a los trabajadores jóvenes forzándoles a hacer lo mismo que un senior por dos duros. Siempre habrá empresas como Menéame que se aprovechen de la injusticia auspiciada por la derecha más antisocial. Y por eso la única manera de pararles los pies es que Yolanda Díaz cumpla e instaure un sistema donde nadie se vea discriminado salarialmente por su juventud y, de paso, se acabe con la vergüenza de los contratos temporales sin causa real que están precarizando el mercado laboral. Si lo consigue, tendrá muchas papeletas para ser la próxima presidenta del gobierno. Y de paso evitará que Menéame (entre otras muchísimas empresas) vampirice a otra víctima.