No sólo es el negocio, es la aspiración de "emprendimiento" personal numero uno del espanolito medio: tener propiedades y vivir de ellas, pelotazo mediante.
Recuerdo hace ya décadas las manifestaciones de V de Vivienda en Madrid (ya nadie se acordará). La gente llamaba a los manifesantes "perroflautas envidiosos". En plena bacanal inmobiliaria, los bancos soltaban pasta a cualquier torcuatillo, los asesores recomendaban rehipotecar sobre el abismo. El riesgo era para los inversores una escalera para burbujear y luego ya se vería. Eran los tiempos de ser mileurista y tener el A3, la moto, el piso, las vacaciones financiadas con humo... Una época que los "campeones" hoy se niegan a abandonar o aspiran que aquel "casino" vuelva con renovado brío.
El ladrillo como motor económico es la "solución" de los mediocres y por eso hemos sido y seremos mucho tiempo un país mediocre.
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Recuerdo hace ya décadas las manifestaciones de V de Vivienda en Madrid (ya nadie se acordará). La gente llamaba a los manifesantes "perroflautas envidiosos". En plena bacanal inmobiliaria, los bancos soltaban pasta a cualquier torcuatillo, los asesores recomendaban rehipotecar sobre el abismo. El riesgo era para los inversores una escalera para burbujear y luego ya se vería. Eran los tiempos de ser mileurista y tener el A3, la moto, el piso, las vacaciones financiadas con humo... Una época que los "campeones" hoy se niegan a abandonar o aspiran que aquel "casino" vuelva con renovado brío.
El ladrillo como motor económico es la "solución" de los mediocres y por eso hemos sido y seremos mucho tiempo un país mediocre.