Aquí un admirador de vd
No cabe duda, es un mundo machista. Y no lo fue siempre, cuando en el neolítico había sociedades matriarcales, francamente no iba tan mal la cosa. Cuando la sociedad pasó de ser nómada a ser sedentaria, la cosa se jodió y las tornas se invirtieron.
Inciso: las mujeres y los hombres son biológicamente diferentes, especializados ambos en distintas actividades tras milenios de evolución. Si me preguntan cuantos tonos de rosa puedo recordar diré: flojito, asín tú sabe, y fuerte. Lo mismo y a la inversa pasa con la orientación espacial. Otra cosa es que uno sea inferior al otro en cuanto a derechos y obligaciones.
Pues bien, veanse un par de ideas que legó a la posteridad el muy santo Agustín de Hipona:
“Las mujeres no deben ser iluminadas ni educadas en forma alguna. De hecho, deberían ser segregadas, ya que son causa de insidiosas e involuntarias erecciones en los santos varones.”
“Es Eva, la tentadora, de quien debemos cuidarnos en toda mujer… No alcanzo a ver qué utilidad puede servir la mujer para el hombre, si se excluye la función de concebir niños.”
Sí, hay hombres que no están preparados para aceptar este hecho: ellas hacen de la casa un hogar, nos dan la vida, y de cualquier cosa que das, ellas hacen algo extraordinario. Y odian a la mujer, supongo por lo mismo que se odian a sí mismos, por ser unos miserables con una existencia vacía y fútil. Gente que hace daño porque sí, porque puede. Porque ha de salirse con la suya para demostrar que no hay nada más grande que sus cojones toreros y ser el rey de la colina de guano, ya sea en casa o fuera de ella.
Después de lo dicho, que quede claro, queridas mías, que cuanto más pasa el tiempo, más admiración os tengo. Supongo que una educación basada en el respeto y la igualdad ha tenido bastante que ver. Y ahora, quisiera ir al asunto que me ha llamado la atención y creo que merece ser considerado: el hembrismo que surge de los grupos de presion presuntamente buenrollistas y aun más presuntamente progresistas. Sí, sé que no sois todas, que al igual que entre los hombres, hay de todo.
Desde un punto de vista puramente reivindicativo, y me dirijo al sector ideológico equivalente al "San Agustín de Hipona" de las beligerantes, parad con asuntos como el "MANSPREADING". En serio, hasta puedo pasar por alto que la legislación deje en pelotas a los hombres tras un divorcio, o que ante la duda no tengamos presunción de inocencia y vayamos al talego si somos acusados en falso de [ponga aquí cualquier aberración]. Esta mañana he tenido que mirar dos veces el asunto ese del MANSPREADING. De verdad, ¿no ha habido ya bastantes casos de gente que ha acabado en la cárcel o suicidados, o hemos de pagar por siempre jamás por el pecado de Gregorio Magno, doctor de la Iglesia, al calificar en su homilía de meretriz arrepentida a María de Magdala? ¿No veis que estáis replicando los mismos comportamientos de vuestros agresores? Esto simplemente os masculiniza, os comeis el corazón del enemigo y asimilais su alma. Eso no os convierte en mejores, sino en la misma escoria.
Los estereotipos dicen que teneis que ser o floreros siempre necesitadas de ayuda, o la teniente O'Neill con más pelos en el pecho que yo. Pues bien, no conozco a nadie que pueda ser más dura y más frágil que una madre soltera, siendo padre, madre y responsable de criar a su(s) hijos y llevar una casa, y con todo, ¡también con sus necesidades de afecto, de amor, de ser amada! Pero no pueden parar, porque todo depende de ella y porque el sistema actual, la caja de cristal de esta sociedad occidental decreta que no sobrevivirás si no entras por la tira.
Aquí, queridas mias es donde habéis errado el tiro: confundiendo el medio con el fin. Vosotras que dais la vida, devolvednos la libertad, liberadnos también reclamando vuestro derecho a ser mujeres, duras, pero femeninas, pero luchadoras, pero vosotras mismas. Reclamo el espíritu de Lisístrata para que este mundo sea un mundo mejor, no una sucesión de vendettas inanes que perpetúan el Statu Quo: exijo que, oh tú Helena de Troya, le des una patada en el culo a Agamenón; estoy hasta los cojones de este mundo basado en a ver quién la tiene más larga, un mundo que perpetúa en el poder a los que odian lo femenino, a los que desprecian que seais quienes sois, a los que destruyen las cosas por que sí o por joder. Vosotras, las reinas de la inteligencia emocional, las que os moveis con astucia en cualquier situación, haced algo más que perpetuar nuestros errores. Toda mujer que sea capaz de sentir este mundo como su hogar sabe que este mundo se agotará, como se agotan ellas; por la gentuza al mando. Sois nuestra esperanza, no necesitamos lo de ahora más que lo de antes, necesitamos una sociedad en la que podais ser vosotras mismas, y donde tengamos espacio nosotros. Sois el puente al mañana y no vamos a ningún sitio sin contar con vosotras. Ni siquiera os pido que lo hagais por los que están, sino por los que vienen, y por los que vendrán.