¿Recuerdan el "Caso Arny"?

Hace unos días, una menor de edad (13 años) tutelada por el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) escapó del centro donde vivía, y fue a un piso donde funcionaba una red de prostitución; donde los menores que residían en los centros del IMAS sabían que les ponían en contacto con personas que, a cambio de relaciones sexuales, les facilitarían regalos, dinero, etc. Allí sufrió una violación grupal. Como consecuencia de la denuncia, fueron detenidas siete personas, y se ha destapado la existencia de una red de prostitución y tráfico de drogas, que dirigían y mantenían gente ajena al personal de los Centros Tutelados.¹

Los partidos políticos (sobre todo de derecha: El Gobierno de las Baleares - Govern - es de PSOE/Podemos y un partido progresista balear) y los medios de comunicación (ya pueden imaginar) cargan contra la negligencia de las autoridades e, incluso, insinúan culpas más específicas.² Han aprovechado frases entresacadas o trozos de entrevistas con trabajadores de estos centros para crear la sensación de que los Centros Tutelados de las Baleares son Sodoma y Gomorra y que el Govern lo permitía... o peor.³

Y… es posible que haya existido una negligencia en la vigilancia de las salidas de los menores, o de los ingresos con los que cuentan, o las amistades que frecuentan (estoy siendo irónico: espero que no me toque a mí, con las leyes actuales, cuidar de la salud moral de estos…)

Pero, bueno, existen unas leyes, y unos Tribunales de Justicia. Y –como poco- deberíamos dejarles a ellos la potestad de investigar y juzgar. Porque me acuerdo del “Caso Arny”… Abro hilo para quien no recuerde.

El 8 de Febrero de 1995, un menor de edad (16 años), conocido por la policía por sus múltiples antecedentes delincuentes, denunció que había menores (entre ellos él mismo) que, en los Clubs sevillanos Arny, Valentino y 27, eran obligados a mantener relaciones sexuales con los clientes. Fue conocido como “el testigo nº 1”.⁴

La Policía montó un operativo de vigilancia durante nueve meses, pero no pudo comprobar si entraban o no menores en los locales. Pese a ello, el Juzgado de Instrucción número 13 ordenó en Octubre la clausura de los tres locales, y la apertura de diligencias contra aquellos a los que el “el testigo nº 1” y otros menores identificaron como personas que habían mantenido relaciones con ellos.

Entre los acusados figuraban famosos como Jorge Cadaval (de “los Morancos”); Jesús Vázquez, Javier Gurruchaga, o el Juez de menores Manuel Rico Lara.⁵, entre otros.

El nombre de los acusados se filtró a la Prensa desde el inicio; Rico Lara llegó a ser apartado de la Carrera Judicial, y el resto de los imputados fueron tratado como apestados.

Las versiones de los testigos se contradecían continuamente; pero a la Prensa no parecía importarle, siempre que le suministrasen nuevas acusaciones contra “famosos”.^{6 7}

Llegado el momento del juicio, el famoso “testigo nº 1”, al que los medios prestaron credibilidad durante meses, pese a su evidente falsedad, se desdijo de todo, y acusó a la Policía, y la Fiscalía, y al Gobierno de Felipe González, de haberle obligado a hacer un montaje "para tapar el caso GAL o Barrionuevo".

Los menores negaron reconocer o haber conocido nunca a la mayoría de gente conocida a los que antes habían acusado (¡incluso al Arzobispo de Sevilla!) y, por lo tanto, el juicio mediático se desinfló.

Los medios de comunicación, tras ver prohibido su acceso a la Sala, entrevistaron a todos los menores de Sevilla que decían haber ido alguna vez al Arny para que les contaran –a cambio de dinero- cualquier milonga.

Finalmente, fueron condenados los culpables de un delito de abuso de menores que, efectivamente, se produjo: el dueño y el encargado del Club, varios empleados, y algunos clientes que, según pudo demostrarse, habían pagado por sexo con menores.

Los menores que pusieron denuncias falsas, la Policía que hizo una investigación chapuzas, el juzgado que hizo un trabajo pésimo, los medios de comunicación que ventearon los nombres de los acusados… salieron de rositas.⁸

Pero unos cuantos inocentes vieron su nombre manchado para siempre. Y si traigo aquí su nombre, y un infame recorte de la Prensa que les citaba, es por reivindicarlos.

Por favor... mandemos a la mierda de una vez a la Prensa Manipuladora.