Neofeudalismo y dinero FIAT (segunda parte)
Este segundo artículo sobre el dinero FIAT tratará de cómo ha evolucionado el sistema capitalista hacia una versión del feudalismo medieval.
El sistema feudal no dejaba de ser un sistema en el cual un grupo de personas (clero, aristocracia y el rey) eran dueños del recurso principal: la tierra. La tierra es propiedad, y es el motor de la economía. Como la tierra no se trabaja sola ni da frutos, la roturación y desmonte de los dominios del señorito eran "delegados" en forma de feudo y en régimen de vasallaje hacia los lacayos del rey. Evidentemente el señor feudal, que recibía la tierra como parte del contrato de vasallaje, podía ponerse a arar o tirar del carro, o bien directamente buscarse a un currito que lo haga por él: el villano (que no el malo de la película) que explota las tierras sin ser un hombre libre, dado que no puede abandonar las tierras sin el consentimiento del vasallo (o propietario de la tierra) dado que estaba sometido a un régimen de servidumbre. Quién le daba al rey poder sobre la tierra, es harina de otro costal. Todo el mundo se lo cree, todos felices (menos el siervo del vasallo que paga celemines y puercos como diezmo, más la renta al vasallo del rey)
¿Quién es el señor feudal ahora? La banca. Veamos, el banco central genera apuntes contables "de la nada", al igual que el Rey se apropiaba de la tierra, y los vasallos, en forma de banca minorista y de inversión, las que disponen de esos apuntes contables para dominar estados e individuos por igual, poniendo gobiernos a voluntad y legislando a medida.
Porque a un partido político siempre se le perdonan las deudas, se negocia, se da manga ancha para conseguir una legislación favorable, de igual forma el vasallo del rey imponía el derecho romano como le venía bien, siendo esta interpretada a voluntad, al igual que el actual sistema en el que el estado hace que la banca siempre gane y el ciudadano pague religiosamente (salvo en casos puntuales tras largos y costosos litigios).
Bien, preguntareis qué es el siervo moderno. Pues el siervo es convencido para que asuma una hipoteca con la que garantiza con bienes presentes y futuros el pago, con el que eres libre de largarte de tu casa, mientras pagues. Eres libre de buscar un curro que te ate a un area geográfica para pagar tu casa, eres libre de usar una tarjeta de débito o de crédito, que tu banco (señor para ti) proporciona, por el que cobra una comisión por usar tu inexistente dinero en su beneficio. Amables gestores que limitan los pagos en efectivo, por tu bien, "para evitar el dinero negro". Para que no seas libre de volver al medio de intercambio que te interese, para que no puedas estar al margen del sistema.
¿Hay posibilidad de ser libre en este sistema? Veamos:
- El medio de intercambio tradicional (oro, plata, cobre, bronce) está en desuso
- El acceso a bienes básicos (comida, transporte, vivienda) solo puede hacerse a través de trueque o dinero FIAT
- La educación, esquemas de jubilación y la sanidad son accesibles via dinero FIAT/contraprestación del estado via dinero FIAT.
Bueno, parece ser que está como poco complicado. Se puede minimizar, pero la esclavitud moderna está hecha de crear necesidades, convirtiendo al esclavo en "dependiente". El esclavo perfecto, sería pues un heroinómano, que es una máquina de generar dinero para el proveedor, solo para satisfacer su dependencia de la heroína. Amigos, sí: las actividades del yonki para quitarse el mono pueden ser moralmente reprobables, pero en el fondo ¿un fumador, un alcohólico, un jugador no son en esencia dependientes? ¿Los bolsos de Zara no crean dependencia? ¿La comida basura? Por supuesto, de alguna forma el neoesclavo es el consumidor, y el intercambio de bienes y servicios se hace a través de apuntes contables. La felicidad del yonki moderno es hueca y está paquetizada para que tengais que seguir consumiendo. Queridos PADEFOs, queridos Eloi: yo os acuso de ser unos yonkis, quereis lo que no podeis tener y vivir en un mundo pretencioso y vacío, paquetizadamente feliz, esperando el próximo Orgy Porgy.
Nada puede parar al consumidor. Hay unas necesidades y la gente se pone nerviosita. Da igual que sea unos pantalones rotos o un concierto de One Direction, la gente quiere más, y lo quiere ya. La pregunta es ¿cuanto estás dispuesto a pagar? Pues bien, el auténtico Eloi es el que vende a su madre a una red de trata de blancas y se va de putas para celebrarlo, porque así es el auténtico triunfador, sin escrúpulos. A partir de ahí, tenemos escalas de grises porque ¿tienes un precio? Pregunta cuanto vale tu dignidad. En dinero FIAT, tienes para llenar la galaxia de apuntes contables que digan que eres asquerosamente rico, pero ¿qué te hace diferente del que no lo es? Simplemente nada. Solo que esa riqueza te hace el esclavo más rico. Disfruta de tus cadenas de oro, querido Eloi. Querido PADEFO, se feliz con tus grilletes, mientras el Eloi va remando en primera clase en la galera de este sistema neofeudal.