Hablando de machismo y, también, de estupidez
Que a estas alturas, ya en pleno siglo XXI y no en la Edad Media, alguien pueda ser capaz todavía de plantearse si las mujeres y los hombres son iguales, no solo demuestra su estupidez infinita, sino también algo que es obvio: su alarmante escasez de neuronas.