#2 lo segundo necesita algo más, como un proceso constituyente. Y me permito recordar que es necesaria una mayoria cualificada en el congreso. No es no, y tal.
Lo que me lleva a la subida imparable de los de VOX, que prometen teta y sopa
España no es un territorio.
Ni un agregado de hombres y mujeres;
España es, ante todo, una unidad de destino;
Una realidad histórica;
Una entidad, verdadera en sí misma, que supo cumplir -y aún tendrá que cumplir- misiones universales.
Por lo tanto España existe:
1° Como algo distinto a cada uno de los individuos, y de las clases y de los grupos que la integran.
2° Como algo superior a cada uno de esos individuos, clases y grupos, y aún al conjunto de todos ellos.
Luego España, que existe como realidad distinta y superior, ha de tener sus fines propios.
Son esos fines:
1° La permanencia en su unidad.
2° El resurgimiento de su vitalidad interna.
3° La participación, con voz preeminente, en las empresas espirituales del mundo.
Disgregaciones de España
Para cumplir esos fines España tropieza con un gran obstáculo: está dividida;
1° Por los separatismos locales.
2° Por las pugnas entre los partidos políticos.
3° Por la lucha de clases.
El separatismo ignora u olvida la realidad de España. Desconoce que España es, sobre todo, una gran unidad de destino.
Los separatistas se fijan en si hablan lengua propia, en si tienen características raciales propias, en si su comarca presenta clima propio o especial fisonomía topográfica.
Pero -habrá que repetirlo siempre- una nación no es una lengua, ni una raza, ni un territorio. Es una unidad de destino en lo universal.
Esa unidad de destino se llamó y se llama España.
Bajo el signo de España cumplieron su destino -unidos en lo universal- los pueblos que la integran.
Nada puede justificar que esa magnífica unidad, creadora de un mundo, se rompa.
Disfrutad de lo votado, lo de ahí arriba es lo siguiente en el ideario de VOX.
#3 Nada como los 52 diputados de Vox para que fluya la negociación.
Una pena que solo sean carlistas regurgitados del PP carentes de una concepción social para España. No somos lo suficientemente ricos para ser neocon (neoliberales conservadores) como en yanquilandia.
Lo que me lleva a la subida imparable de los de VOX, que prometen teta y sopa
España no es un territorio.
Ni un agregado de hombres y mujeres;
España es, ante todo, una unidad de destino;
Una realidad histórica;
Una entidad, verdadera en sí misma, que supo cumplir -y aún tendrá que cumplir- misiones universales.
Por lo tanto España existe:
1° Como algo distinto a cada uno de los individuos, y de las clases y de los grupos que la integran.
2° Como algo superior a cada uno de esos individuos, clases y grupos, y aún al conjunto de todos ellos.
Luego España, que existe como realidad distinta y superior, ha de tener sus fines propios.
Son esos fines:
1° La permanencia en su unidad.
2° El resurgimiento de su vitalidad interna.
3° La participación, con voz preeminente, en las empresas espirituales del mundo.
Disgregaciones de España
Para cumplir esos fines España tropieza con un gran obstáculo: está dividida;
1° Por los separatismos locales.
2° Por las pugnas entre los partidos políticos.
3° Por la lucha de clases.
El separatismo ignora u olvida la realidad de España. Desconoce que España es, sobre todo, una gran unidad de destino.
Los separatistas se fijan en si hablan lengua propia, en si tienen características raciales propias, en si su comarca presenta clima propio o especial fisonomía topográfica.
Pero -habrá que repetirlo siempre- una nación no es una lengua, ni una raza, ni un territorio. Es una unidad de destino en lo universal.
Esa unidad de destino se llamó y se llama España.
Bajo el signo de España cumplieron su destino -unidos en lo universal- los pueblos que la integran.
Nada puede justificar que esa magnífica unidad, creadora de un mundo, se rompa.
Disfrutad de lo votado, lo de ahí arriba es lo siguiente en el ideario de VOX.
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Una pena que solo sean carlistas regurgitados del PP carentes de una concepción social para España. No somos lo suficientemente ricos para ser neocon (neoliberales conservadores) como en yanquilandia.