Si lo juzgáramos con la perspectiva del nuevo golpe de Estado del 34, el pucherazo del 36 y la actividad terrorista tanto desde el gobierno como fuera del gobierno, tendríamos que ser mucho más severos con aquella trágica aventura.
En el 31 sólo fue un golpe de Estado contra un rey incapaz de mantener el poder. No lo vería mal.
#20 Sí, la historiografía franquista ha logrado que veamos mal cosas tan normales como la quema de conventos, los pistoleros, el asesinato de opositores, los pucherazos electorales, los grupos paramilitares o las huelgas con dinamita.
#21 La quema de iglesias y conventos no la descubrió el franquismo. Es historia, lamentable, de España. Pistoleros, asesinato de opositores, grupos paramilitares... el franquismo sí nos hizo creer que eso era normal y aún hay quien lo añora.
Pucherazos electorales en el franquismo no hubo, no. Y en las huelgas, la dinamita la llevaba la benemérita.
#23 Se puede entender qué motivó a aquellos descerebrados a quemar iglesias, hartos del clero, como si eso fuese a solucionar algo en lugar de empeorarlo todo. Por descontado, injustificable y siempre condenable. Hay evidencias de cómo colaboraron los jueces en restaurar el Antiguo Régimen.
Si lo juzgáramos con la perspectiva del nuevo golpe de Estado del 34, el pucherazo del 36 y la actividad terrorista tanto desde el gobierno como fuera del gobierno, tendríamos que ser mucho más severos con aquella trágica aventura.
En el 31 sólo fue un golpe de Estado contra un rey incapaz de mantener el poder. No lo vería mal.
Pucherazos electorales en el franquismo no hubo, no. Y en las huelgas, la dinamita la llevaba la benemérita.
Lo único que queda de esa época es la cara de Froilán.