#13 La fe es un acto muy personal. No obstante, un pueblo instruido y sano jamás daría el poder a la organización que lidera Sánchez. En eso coincido plenamente. Pero los españoles, que al menos en este tema no son diferentes de franceses, italianos, gringos y cualquier otro genticlio aplicable, llevan dando el poder a organizaciones muy reprobables desde que los americanos decidieron hacer como que nos dejaban elegir.
El nivel de endofobia que hemos alcanzado en España no tiene equivalencia en ningún país del mundo. Ni siquiera en países que han perdido una guerra y sufrido gobiernos de ocupación (pienso en Japón y Alemania).
Para muestra, un botón: de 350 diputados, 33 están en listas cuyo programa incluye expresamente la destrucción de España; 147 la contempla indirectamente (mediante la federalización asimétrica).
#15 Sin embargo, yo creo que si los españoles quieren mayoritariamente que el estado español se parezca más a los EEUU de norteamérica o a Alemania, esencialmente estados federales, habría que respetarlo. De hecho, si no me equivoco, en ese escenario una parte de las (in)competencias autonómicas tendrían que regresar a la Administración general.
Mención aparte los separatistas. En "democracia" se puede pedir lo que se quiera y si se tiene respaldo de los ciudadanos, se tiene derecho a representación. Estos no tienen la suficiente y con una ley electoral menos trucada (en su día, ideada para limitar a los comunistas) tendrían aún menos.
La endofobia surge porque existen unas élites con privilegios que quieren seguir teniéndolos logran que los pobres sin privilegios ni poder se hagan matar por ellos.
#16 El federalismo consiste en una forma de unir lo que está separado. Que es lo que se hizo en EEUU y Alemania (o la misma UE). "Federalismo" implica, por definición, "romper España": porque requiere de una separación previa. Con independencia de que incluso en los Estados federales las regiones tienen menos competencias que las autonomías en España. De hecho, me parece más peligroso el federalismo con el que amenaza el PSOE que los delirios separatistas.
Por otra parte, no veo por qué el Estado debe permitir el desarrollo de proyectos políticos cuyo objetivo es la destrucción del Estado mismo; ¿quiere usted destruir España? Estupendo, lo respetamos, pero lo tendrá que defender usted con batucadas y obras de teatro: no desde las instituciones.
Porque, además, son propuestas falaces: nosotros tenemos que tolerar un proyecto conducente a la destrucción de España, porque somos demócratas y unos señores lo están votando e incluso han comprado unas urnas muy chulas en Aliexpress; pero eso no funciona en la dirección opuesta, porque no lo van a permitir. Es la táctica del neverendum: se vota hasta que salga lo que yo quiera, y entonces ya no se votará más.
En cuanto a la endofobia, nace de propaganda enemiga: no van a perdonar a España haber sido tan grande.
#17 Discrepo de que el federalismo requiera una previa "ruptura" de España. Porque, para empezar, ¿qué es romper España? En la segunda mitad del XIX ya hubo quien concluyó que el modelo federal se ajustaba a la realidad de España.
Por otra parte, el PSOE mismo es un peligro. Su propuesta federal, creo, es como su propuesta republicana. Fachada, nada más.
El Estado no tiene que permitir y tampoco reprimir proyectos políticos, cualquiera que sea su objetivo, siempre que representen la soberanía del pueblo. Esta parte es la que menos interesa de la ¿constitución? El Estado debe ser un instrumento para organizar la vida en sociedad según cómo esta es, no el rector de dicte cómo debe ser la sociedad. El primer modelo, del que España sigue cautiva, es el Antiguo Régimen: unas élites que deciden a costa de los súbditos, quienes sólo pueden acatar. El miedo de las élites a la soberanía popular es que ciudadanos libres se emancipen y decidan por sí mismos un modelo de convivencia distinto al que interesa a las élites.
No veo problema en que se vote cualquier cosa, otro asunto es que eso tenga alguna validez porque hay unas reglas y cambiarlas requiere más respaldo que el que esos votos pueden proporcionar. Lo que no es justo es que las leyes estén escritas en piedra y no se puedan cambiar. La misma ¿constitución? española es otorgada, no hubo un proceso constituyente. Por lo que parece, los ciudadanos no pueden modificarla por la vía de la expresión de su soberanía, que es el voto, pero sí se puede modificar cuando lo pidan los "inversores", esencialmente los bancos gringos y los fondos de inversión.
España nunca fue grande. Ninguna "nación" ha sido grande. Es una mera sinécdoque, una interpretación de la historia en clave nacional romanticista. Sólo sus reyes, sus élites, pudieron ejercer su grandeza, aumularon poder y se apropiaron de todos los recursos que usaron casi siempre en despótico ejercicio. La vida de los ciudadanos españoles siempre fue bastante penosa hasta bien entrados los años 80 del siglo XX.
Lo de la envidia de la grandeza de España suena a Enciclopedia Álvarez y el victimismo revanchista histórico para ocultar la extrema ineptitud de las clases dirigentes que, apoyadas en el poder casi omnímodo de monarcas tarados, perfectos tontos útiles, condujeron al imperio a una vergonzante ruina, incapaces de liderar un mundo industrial por mentenerse aferrados al designio divino del que se creían portadores.
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Pero me lo pone complicado.
El nivel de endofobia que hemos alcanzado en España no tiene equivalencia en ningún país del mundo. Ni siquiera en países que han perdido una guerra y sufrido gobiernos de ocupación (pienso en Japón y Alemania).
Para muestra, un botón: de 350 diputados, 33 están en listas cuyo programa incluye expresamente la destrucción de España; 147 la contempla indirectamente (mediante la federalización asimétrica).
Mención aparte los separatistas. En "democracia" se puede pedir lo que se quiera y si se tiene respaldo de los ciudadanos, se tiene derecho a representación. Estos no tienen la suficiente y con una ley electoral menos trucada (en su día, ideada para limitar a los comunistas) tendrían aún menos.
La endofobia surge porque existen unas élites con privilegios que quieren seguir teniéndolos logran que los pobres sin privilegios ni poder se hagan matar por ellos.
Por otra parte, no veo por qué el Estado debe permitir el desarrollo de proyectos políticos cuyo objetivo es la destrucción del Estado mismo; ¿quiere usted destruir España? Estupendo, lo respetamos, pero lo tendrá que defender usted con batucadas y obras de teatro: no desde las instituciones.
Porque, además, son propuestas falaces: nosotros tenemos que tolerar un proyecto conducente a la destrucción de España, porque somos demócratas y unos señores lo están votando e incluso han comprado unas urnas muy chulas en Aliexpress; pero eso no funciona en la dirección opuesta, porque no lo van a permitir. Es la táctica del neverendum: se vota hasta que salga lo que yo quiera, y entonces ya no se votará más.
En cuanto a la endofobia, nace de propaganda enemiga: no van a perdonar a España haber sido tan grande.
Por otra parte, el PSOE mismo es un peligro. Su propuesta federal, creo, es como su propuesta republicana. Fachada, nada más.
El Estado no tiene que permitir y tampoco reprimir proyectos políticos, cualquiera que sea su objetivo, siempre que representen la soberanía del pueblo. Esta parte es la que menos interesa de la ¿constitución? El Estado debe ser un instrumento para organizar la vida en sociedad según cómo esta es, no el rector de dicte cómo debe ser la sociedad. El primer modelo, del que España sigue cautiva, es el Antiguo Régimen: unas élites que deciden a costa de los súbditos, quienes sólo pueden acatar. El miedo de las élites a la soberanía popular es que ciudadanos libres se emancipen y decidan por sí mismos un modelo de convivencia distinto al que interesa a las élites.
No veo problema en que se vote cualquier cosa, otro asunto es que eso tenga alguna validez porque hay unas reglas y cambiarlas requiere más respaldo que el que esos votos pueden proporcionar. Lo que no es justo es que las leyes estén escritas en piedra y no se puedan cambiar. La misma ¿constitución? española es otorgada, no hubo un proceso constituyente. Por lo que parece, los ciudadanos no pueden modificarla por la vía de la expresión de su soberanía, que es el voto, pero sí se puede modificar cuando lo pidan los "inversores", esencialmente los bancos gringos y los fondos de inversión.
España nunca fue grande. Ninguna "nación" ha sido grande. Es una mera sinécdoque, una interpretación de la historia en clave nacional romanticista. Sólo sus reyes, sus élites, pudieron ejercer su grandeza, aumularon poder y se apropiaron de todos los recursos que usaron casi siempre en despótico ejercicio. La vida de los ciudadanos españoles siempre fue bastante penosa hasta bien entrados los años 80 del siglo XX.
Lo de la envidia de la grandeza de España suena a Enciclopedia Álvarez y el victimismo revanchista histórico para ocultar la extrema ineptitud de las clases dirigentes que, apoyadas en el poder casi omnímodo de monarcas tarados, perfectos tontos útiles, condujeron al imperio a una vergonzante ruina, incapaces de liderar un mundo industrial por mentenerse aferrados al designio divino del que se creían portadores.