De las nutrias que había en el Tajo a las espumas
En esta carta de 1971 al director de ABC un toledano narraba la tremenda degradación que ya sufría el río más largo de la Península. Han pasado 50 años y la situación sólo ha empeorado: el Tajo está a diario cubierto de espumas y los toledanos de hoy ni se imaginan un río vivo en el que hubiera, como se dice en la carta, "anguilas, barbos, carpas, tencas, combizo, quisquillas o camarones, mejillones y ranas". El río Tajo es una gran cloaca a cielo abierto que durante este último año casi ni fluye y ninguna institución trata de poner remedio.