Stalin, la Unión Soviética, y el Pacto Germano-Soviético de 1939 (III): Desmembramiento
Tras los Acuerdos de Munich, cualquier experto en Política Internacional podía asegurar que Checo-Eslovaquia1, sin la protección de otros países más poderosos, estaba muerta. No sólo Alemania se había anexionado los Sudetes, sino que Polonia se había apropiado del enclave de Teschen2; y Hungría -que ambicionaba anexionarse Rutenia Transcarpática (con importante minoría magiar), y Eslovaquia- fue frenada gracias a Hitler y, remitida al 1er Arbitraje de Viena, obtuvo parte de Rutenia.3 Dos potencias no habían sido invitadas a…