#1#2#4#6 me abstengo de comentar que bando es más hijo de puta, porque los dos lo son, pero cuando leo ésto
Kfar Aza, el kibutz donde Hamas asesinó a 40 bebés
EL MUNDO
REUTERS
Actualizado Martes, 10 octubre 2023 - 18:04
"Ves a los bebés -muchos decapitados-, a las madres, a los padres, en sus dormitorios, en salas donde trataron de ponerse a resguardo y cómo los terroristas los mataron. No es una guerra, no es un campo de batalla" y oigo a alguien intentar defenderlo.... Me pone enfermo
#16 Salvajadas que se vienen perpetuando desde mucho atrás, y que están en el origen de todo este odio, que al final se ceba en los inocentes, mientras los hijos de puta instigadores se van de rositas; déjame copiarte otro texto de aquello de Sabra y Chatila, y verás que el odio se arrastra hasta que revienta:
El 17 de septiembre, cuando aún estaban sellados los campamentos de Sabra y Shatila, un pequeño grupo de observadores independientes se las arregló para adentrarse en ellos. Entre estos observadores se encontraba Gunnar Flakstad, un periodista y diplomático noruego que fue testigo de las operaciones de limpieza de las falanges, incluida la retirada de cadáveres de las casas destruidas en el campamento de Shatila.
Muchos de los cuerpos descubiertos habían sido sometidos a importantes mutilaciones. Se había castrado a los hombres jóvenes, algunos de los cuales habían sido sometidos también a escalpelamiento mientras que otros tenían una cruz cristiana esculpida con cuchillos en sus cuerpos.
Janet Lee Stevens, una periodista estadounidense, escribió con posterioridad a su marido, el doctor Franklin Lamb: “Vi mujeres muertas en sus casas con las faldas subidas hasta la cintura y las piernas abiertas; docenas de hombres jóvenes fusilados después de haber sido colocados en fila contra la pared de una calle; niños degollados, una mujer embarazada con su tripa rajada y sus ojos todavía abiertos por completo, su cara oscurecida gritando en silencio por el horror; incontables bebés y niños pequeños que habían sido apuñalados y destrozados y a los que habían arrojado a pilas de basura”.
Thomas Friedman, que entró en los campos el sábado 18, encontró grupos de hombres jóvenes con sus manos y pies atados, que habían sido puestos en fila y ametrallados en un estilo que recordaba a los asesinatos de la mafia, no al tipo de muerte al que, en su opinión, se habrían enfrentado los supuestos 2.000 milicianos del campamento.
#16 Quien defienda o justifique eso no está ni remotamente informado de lo que realmente está pasando desde hace muchas décadas. Y las atrocidades las hacen terroristas palestinos y terroristas con uniforme israelí. Estuvo cerca el arreglo, la intención de avanzar hacia la paz. Pero los ultras israelíes asesinaron al presidente que había firmado eso. No es que quieran sangre, es que quieren toda la tierra de Palestina, incluso si cuesta sangre de palestinos y de israelíes. El ser humano es capaz de lo peor.
2k 48
Hemos deshabilitado la autenticación con Facebook. Si entras a Mediatize con una cuenta de Facebook, lee esto.
Kfar Aza, el kibutz donde Hamas asesinó a 40 bebés
EL MUNDO
REUTERS
Actualizado Martes, 10 octubre 2023 - 18:04
"Ves a los bebés -muchos decapitados-, a las madres, a los padres, en sus dormitorios, en salas donde trataron de ponerse a resguardo y cómo los terroristas los mataron. No es una guerra, no es un campo de batalla" y oigo a alguien intentar defenderlo.... Me pone enfermo
*
El 17 de septiembre, cuando aún estaban sellados los campamentos de Sabra y Shatila, un pequeño grupo de observadores independientes se las arregló para adentrarse en ellos. Entre estos observadores se encontraba Gunnar Flakstad, un periodista y diplomático noruego que fue testigo de las operaciones de limpieza de las falanges, incluida la retirada de cadáveres de las casas destruidas en el campamento de Shatila.
Muchos de los cuerpos descubiertos habían sido sometidos a importantes mutilaciones. Se había castrado a los hombres jóvenes, algunos de los cuales habían sido sometidos también a escalpelamiento mientras que otros tenían una cruz cristiana esculpida con cuchillos en sus cuerpos.
Janet Lee Stevens, una periodista estadounidense, escribió con posterioridad a su marido, el doctor Franklin Lamb: “Vi mujeres muertas en sus casas con las faldas subidas hasta la cintura y las piernas abiertas; docenas de hombres jóvenes fusilados después de haber sido colocados en fila contra la pared de una calle; niños degollados, una mujer embarazada con su tripa rajada y sus ojos todavía abiertos por completo, su cara oscurecida gritando en silencio por el horror; incontables bebés y niños pequeños que habían sido apuñalados y destrozados y a los que habían arrojado a pilas de basura”.
Thomas Friedman, que entró en los campos el sábado 18, encontró grupos de hombres jóvenes con sus manos y pies atados, que habían sido puestos en fila y ametrallados en un estilo que recordaba a los asesinatos de la mafia, no al tipo de muerte al que, en su opinión, se habrían enfrentado los supuestos 2.000 milicianos del campamento.