A principios de los 90, representantes de los ocupantes y de los ocupados llegaron a acordar amistosamente una convivencia pacífica. Se iba a poner fin a la ocupación militar y al terrorismo, comenzando una etapa de reconocimiento y progreso. Entonces, los chacales del ocupante asesinaron a su presidente, que había firmado ese acuerdo. Y ya nunca habría otra oportunidad. Alguien siempre quiso el exterminio del pueblo ocupado.
#2 Si te refieres a Arafat, a los 75 años, ingresó al centro de salud de Paris y después de 15 tras un repentino deterioro de salud, indicaron como causa de su muerte a "un accidente cerebrovascular hemorrágico masivo".
#3 Seguramente querías contestar a otro comentario. No tiene nada que ver con lo que digo yo.
Rabin y Arafat firmaron un acuerdo en 1993 para empezar una etapa de nagociación y acuerdos para lograr una paz definitiva y duradera. Entre esa fecha y 1995, se intentó asesinar a Rabin varias veces y en noviembre de ese año, lo lograron. El proceso se interrumpió y no parece que haya posibilidad de que alguien lo retome ya nunca.
#4 En definitiva, amigo. Según eso que dices, "parece" que los israelíes asesinaron a su propio presidente debido a esas negociaciones. Querían más tierras, y lo consiguen, a base de oprimir a los palestinos, ¡y luego algunos se espantan de lo que hagan los palestinos!
Es curioso, cuando mataron a Kennedy también andaba en negociaciones con La Unión Soviética.
#5 Ese es el horror. Rabin, un militar israelí que conoció el martirio de su pueblo y luchó luego contra los países árabes, entendió, ya mayor, que el odio y la guerra no solucionan nada. Quiso hacer la paz aceptando ceder y que el adversario cediese. Le asesinaron desde una parte de los suyos, los que sólo vomitan odio desde su cerebro intestinal. Nunca saldremos de eso y pasarán décadas con noticias del horror de unos contra otros sin que nadie recuerde ya quién o por qué empezó todo.
#6 Algunos son capaces de las mayores atrocidades, con su afán de poder, avaricia, y egoísmo, amigo. Desgraciadamente, de momento, son los que mueven los hilos.
Yo tengo la esperanza de que algún día, aunque no lo veamos, la humanidad aprenda a convivir en paz y armonía.