Sonaba tan bien en la cabeza de Daniel...
Sonaba tan bien en la cabeza de Daniel...
Sonaba tan bien en la cabeza de Daniel...
Bajo el mandato de Felipe González (1982-1996), el Estado llevó a cabo cerca de 80 privatizaciones. Destacan grandes privatizaciones como las firmas automovilísticas SEAT y ENASA o Trasatlantica (transporte marítimo) y Marsans (Viajes). El Gobierno de González comenzó privatizaciones parciales de empresas rentables y de sectores clave para la economía, como en los casos de la eléctrica Endesa, la petrolera Repsol, la entidad bancaria Argentaria o la empresa de telecomunicaciones Telefónica.
Karl Marx dijo que el capitalismo contiene las semillas de su propia destrucción. Aunque puede que no haya previsto los entresijos de la economía del siglo XXI, podría haber apreciado la ironía de los intereses capitalistas que hacen daño a las economías capitalistas. El capitalismo es como una serpiente que devora su propia cola.
Las políticas implementadas durante la crisis del covid han sido como una suerte de experimento que ha servido para demostrar que en esta vida nada es gratis. Parafraseando a Mark Twain, los rumores sobre la muerte de la inflación habían sido exagerados. La puesta en marcha de políticas fiscales ultra-expansivas, financiadas por unos bancos centrales que hundieron los tipos de interés
Soplan aires de cambio para el sector inmobiliario. En los últimos días se ha producido una cascada de advertencias sobre un cambio de tendencia en el inmobiliario, provocado por las fuertes subidas de tipos de interés y la desaceleración de la economía. El último organismo en sumarse ha sido el Fondo Monetario Internacional (FMI), que advierte del riesgo de una corrección "aguda" en los precios de la vivienda, sobre todo en las economías en las que las hipotecas a tipo variable tengan un mayor peso, como podría ser el caso de España.
La vivienda se ha convertido en las últimas décadas en una especie de mercado global, cuyas tendencias se expanden de unos países a otros y se retroalimentan. Mucho tiene que ver en esto la coordinación de las políticas monetarias en los países avanzados, cuyos ciclos económicos también parecen guardar una estrecha relación.
Bajadas masivas de impuestos sin recortes de gasto en un entorno de tipos de interés al alza y con una recesión a la vuelta de la esquina. Este es el cóctel perfecto para una crisis de deuda, y el nuevo Gobierno del Reino Unido lo ha puesto práctica (por unos días) con desastrosos resultados.
Observen a Gran Bretaña, amigos míos, y estremézcanse. En los últimos años, ha sucedido algo notable, notablemente espantoso: Gran Bretaña ha tomado el relevo de Estados Unidos como ejemplo preeminente de colapso social en el mundo. Por supuesto, hay países pobres a los que les va mal. Pero ningún país del mundo se acerca a caer tan lejos y tan rápido como Gran Bretaña. Por lo tanto, es la semana de Gran Bretaña, aquí, supongo, porque hay mucho que hablar, para aquellos que quieren entender el futuro.
Viajar por vacaciones, comprar un coche o llegar a final de mes es una preocupación para el bolsillo de millones de familias en España, que afronta una inflación galopante y el riesgo de una crisis económica que se agudice varios años. El Índice de Precios del Consumo (IPC) alcanzó en septiembre el 9%.
Lejos de reducir la pobreza extrema, la expansión del capitalismo a partir del siglo XVI estuvo asociada a un dramático deterioro del bienestar humano, según un estudio científico realizado por el ICTA-UAB en colaboración con la Universidad Macquarie (Australia), que demuestra que este nuevo sistema económico se tradujo en un descenso de los salarios hasta situarlos por debajo del nivel de subsistencia, una reducción de la estatura humana y un marcado repunte de la mortalidad prematura.