Afrontar la muerte

Si algo he aprendido el día de hoy, con el revuelo mediático levantado por la muerte de una persona famosa, Rita Barberá, es que la mayor parte de seres humanos no estamos preparados ni sabemos afrontar el momento próximo de la muerte, o la muerte súbita de una persona que fallece repentinamente y no te lo esperabas de ninguna manera. Le dedicamos muchos momentos de nuestras vidas a pensar en cosas placenteras, cotidianas, habituales....pero no nos hacemos nunca a la idea de cómo, cuándo y de qué manera podríamos acabar nuestra existencia en este reino material. Y claro, de no pensar jamás en la muerte como concepto, cuando ésta llega de repente y sin avisar, no sabemos reaccionar. Más bien sobreactuamos, sobrerreaccionamos, al no haber reflexionado lo suficiente sobre lo que la muerte significa, lo que la muerte representa. Al concepto de 'muerte' se le suele relacionar automáticamente con el concepto de 'respeto', un respeto más cimentado en el miedo a lo desconocido, que un respeto meditado y concienzudamente reflexionado. La muerte acojona. Y como la muerte acojona, nadie se hace preguntas al respecto, salvo cuando alguien ya te ha advertido de que te quedan pocas horas, días o meses de vida. Si la gente tomase el concepto de muerte como algo totalmente natural, complementario a la vida, no necesariamente asociado por defecto al miedo, al dolor, desconocimiento, oscuridad o tinieblas, no resultaría chocante que tantas personas reaccionen de una forma tan exagerada ante la muerte de alguien que les toca de cerca. Otra cosa que me ha impactado siempre es encontrarme con personas a las que les queda poco tiempo, enfermos terminales que conforme se acerca la hora de su muerte, su pensamiento y su ideología se vuelve aún más radical, integrista, fanática, beligerante, belicosa y agresiva. Lo normal sería que una persona a la cual se le va agotando el tiempo se volviese mucho más empática, sensible, agradecida, satisfecha, feliz, en lugar de tratar de hacerle frente a algo (el paso del tiempo) frente al cual siempre vas a sufrir una derrota segura. La muerte representa el final de un ciclo, y el principio de uno nuevo. Al fin y al cabo, en la vida todo es cíclico, procesos que empiezan y procesos que inexorablemente se acaban...Y vuelta a empezar. Así una y otra vez. Una y otra vez. ¿Hay que relativizar la muerte según las circunstancias en las que cada persona acaba su existencia? ¿Debemos darle mayor importancia a la muerte de una persona famosa que a la muerte de un feto de pocos días de vida? ¿Porqué sentimos dolorosamente la pérdida de alguien famoso a quien conocemos de oídas pero no nos conmueve para nada la muerte de personas anónimas? ¿Los que mueren en el anonimato, reciben igualmente el cariño de la gente? ¿Porqué hay personas a las que las instituciones les dedican tres días de luto, mientras que a otras anónimas les niegan un entierro digno si no tienes un seguro de decesos? ¿ Es igual de digno un entierro en fosa común, que un entierro en un ostentoso panteón familiar? Si te has hecho preguntas similares, es que has reflexionado sobre lo que la muerte representa. No tendrás miedo, ni temor, angustia ni sentirás ansiedad y desesperanza cuando el reloj se te pare a tí, pero siga funcionando y marchando para todos los demás.