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comentarios (3)
  1. --214--
    #1 --214--
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    Hace unas semanas tuve que declarar ante un juez como testigo por la agresión a una amiga mía por su pareja. Allí en el juzgado me enteré de que no había sido la primera vez, y se me vino el mundo abajo. Después de tantos años de amistad, no podía creerme lo que iba oyendo, ni lo que había visto. Normalmente se suele atribuir un perfil al maltratador (que si es de extracción social baja, que si es una persona con pocos estudios, que si es extranjero, que si tal y que si cual) y solemos aceptarlo, quizá, porque nos hace sentir mejor pensar que podemos "reconocerlos", que podemos evitar cierta combinación de factores y, en última instancia, porque no nos identificamos y nos hace pensar que ni nosotros ni quienes nos rodean encajan en ese perfil. Que no somos nosotros los monstruos.

    Todo es mentira. Un salvaje de estos puede estar escondido en cualquiera de nosotros. Puede ser porque pierde el control y hace algo irreparable que lamenta inútilmente a los pocos minutos; puede ser porque no desea hacerlo, pero al final lo hace y no sabe porqué; o, sencillamente, puede ser porque esa es su naturaleza. El caso es que ninguno está a salvo, y no hay perfil que valga para predecir estas cosas, y siempre es, en última instancia, porque no asumimos que una vida es algo mucho más valioso de lo que parece. O que la vida de otra persona no vale tanto como nuestros sentimientos.

    Mientras tanto, cada vez son más los que ven estas cosas como una especie de rutina informativa que, por frecuente, pierde interés. Y es exactamente por el mismo motivo: porque no asumimos que una vida es algo mucho más valioso de lo que parece, o que su vida no vale tanto como nuestros sentimientos.

    Tenemos todos los ingredientes, como sociedad, para que este problema no desaparezca en décadas, si no siglos <:(
    3    k 78
  2. inconformistadesdeel67
    #1 Creo además, amigo, que existen muchos puntos oscuros, tanto a nivel legislativo como cultural, que impiden una solución pronta del problema. En mi opinión, la ley actual está metiendo en el mismo saco al maltratador verdadero (el que empieza a maltratar ya desde novios) y a alguien que puntualmente pierde los nervios y la caga. Que sí, que la finalidad es buena (curarse en salud) para evitar otro caso más, pero se puede hacer sin necesidad de detener a alguien antes de investigar el caso. Claro, para ello harían falta medios, por ejemplo se me ocurre que, antes de detener, la misma policía aparte al supuesto maltratador de su mujer, echándolo del havitáculo conyugal, y se establezca un turno de vigilancia en torno a dicho havitáculo. Me refiero con todo lo dicho, como supondréis, a esos casos en los que la mujer llama y se encierra a la pareja sin hacer averiguaciones, y sólo por referirme a uno de los puntos oscuros que creo que hay, en mi opinión personal, pero hay más, y ya digo, tanto a nivel legislativo como cultural. Repito, en mi opinión.
    3    k 78
  3. Marsupilami
    Un detalle a vuela pluma.

    El periodista catalán ha dejado una nota en la que explica los motivos de esta acción, que ha cometido con una escopeta.

    ¿Nadie sabe lo que ponía esa nota, a nadie le interesa, ningún medio de comunicación la va a exponer?

    Tenemos una oportunidad de oro para saber qué piensa un señor antes de pegarle tiros a su mujer y suicidarse. Y saber lo que piensa puede ayudarnos a evitar nuevos asesinatos ¿a nadie le interesa?
    0    k 16
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