Idealismo e hipocresía: gilipollez militante
Se ha de reconocer que el tito Mac es un idealista y bastante yerbas. A veces tiene complejo de Oskar Schlinder y procura hacer el bien sin mirar a quién; Pero también se lleva hostias como panes, aunque a la larga piensa que el karma pone las cosas en su sitio. Y tiene paciencia, mucha paciencia, así que está sentado tranquila y cómodamente a la puerta de su casa para ver pasar el cadáver de su enemigo.
El tito Mac está cabreado como una mona porque pensaba haber dejado atrás las atrocidades de la mala praxis empresarial y ha visto que todo está podrido (hasta cierto punto) y que en todas partes hay quien desea el servilismo y una corte que proporcione a su ego confort por encima de las necesidades ajenas de autonomía e independencia. Nada nuevo bajo el sol que abrasa la piel de toro. El cambio climático es posible que acrecente las necesidades de bebidas fresquitas durante todo el año, pero sin duda no ha marchitado las expectativas de los Morlocks, empeñados en hacer de la vida de los demás un infierno.
Bien, citemos a Plauto, que ya dijo bien en Asinaria el latinajo "homo homini lupus". El tito Hobbes dice que el egoismo es tán básico en el comportamiento humano como la probabilidad cercana a 1 de encontrarte a un gilipollas en el día a día. Así que solo tenemos un arma para combatir a estos lobos, y a esta panda de gilipollas que aderezan la existencia con un punto de desabrido mal gusto: la cultura.
Sí, algo que no está de moda. No solo entender, razonar, comprender, pensar... Es tener pensamiento crítico y no ser un puto borrego que se deja llevar por las tendencias que marca la tele, o forocoches, o sectarismo como el de "l@s Lil@s" porque hay lilos y lilas, y lilXs, dependiendo de qué quiera vd sentirse hoy frente al espejo en un sistema cis, trans, pero integrador y respetuoso desde la circunstancia personal que uno vea hoy en el escaparate de Twitter, o algun bloguero del yutuf. ¿Para qué tener ideas propias si te lo pueden dar hecho? Es muy cansado eso de pensar. Imagínate, si hasta puedes tener tus propias ideas y has de ser consecuente, si quieres, con ellas.
Dice un compi que las emociones siempre son primarias y los sentimientos funciones aprendidas secundarias. Eso me hizo pensar hasta que punto estamos viviendo en una época de post-gilipollez bienpensante, el aderezo fantástico que desemboca inexorablemente en el fascismo; el buenrollismo militante en el que el dios Flanders da sus saluditos desde el nótame en MÑM en forma de cabal, o en el que te ponen un video de abracitos entre teletubbies. Demasiado parecido al periodo de entreguerras del siglo XX. Ahora todo dios está ocupadísimo no ofendiendo a los demás en vez de ir a por la raíz del problema, donde su opinión flanderista de vd importa tres cojones porque va contra toda evidencia y pensamiento racional posible. Este cortoplacismo militante, este no herir la finísima piel ajena, va a salirnos bastante caro porque nos acogota en cuanto a iniciativas: siempre habrá algún ofendidito, desde los que no soportan que me cague en dios y en la puta madre de la virgen del juanete de judas tadeo, a los que piensan que los inmigrantes están mejor en su casa mientras las grandes corporaciones campan a sus anchas volando bajo el radar. Eh, ¿estamos vendiendo bombas a los árabes y bombardean a inocentes? Joder, qué cosas... que se nos joden 5 corbetas que dan curro a los astilleros... La civilización occidental tiene demasiados hipócritas que van en SUV y les jode que suba la gasolina, que quieren a los negritos en su país y mientras miran para otro lado cuando les explicas qué es y de donde sale el coltán, mientras DeWeers proporciona diamantes manchados de sangre para sus alianzas de boda.
Todo esto viene porque en las notas del colegio el reto es que los niños de 7 años sean capaz de leer 32 palabras monosilábicas en menos de 2 minutos. Niños de tercero de primaria.
Sean felices, pero antes cabreense y miren lo que nos ocupa: niños que crecen como analfabetos funcionales, que son incapaces de leer y entender lo que pone en un papel. La cultura, el pensamiento crítico, lo que nos defiende contra este mundo plagado de hijos de puta, lo que de alguna manera tenemos al alcance y somos incapaces de transmitir como padres, como profesores, como educadores.
Sed felices, y activen las neuronas suyas y ajenas siempre que puedan, a riesgo de ser condenados a la cicuta cual Sócrates.