Como programador informático, estoy acostumbrado a este tipo de incongruencias y de peticiones absurdas. Ocurren sobre todo en pymes que en poco tiempo crecen en volumen de trabajo y personal, y su aplicación informática se expande. No es casualidad. Suele ser personal con un nivel de estudios básico y que vive el proceso de informatización como si fuese magia: le piden algo al programador y lo hace, y llega un momento en que creen que pueden pedir cualquier cosa.
Una de las más ridículas que me pidieron fue hacer una especie de ebay para subastar y para rifar pisos, en una inmobiliaria. Con pasarela de pago incluida. El pobre idiota ni siquiera imaginaba que no puedes rifar nada sin antes haber hecho el papeleo con hacienda, y que ésta se llevaba un buen pellizco de la rifa por un lado, y que cruje al agraciado por otro.