Qué difícil es ser hombre

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El hombre está inmerso en una crisis de identidad por la demonización de su sexo. "Se culpa a la masculinidad de una variedad de enfermedades sociales hasta el punto que algunos afirman que no existe la masculinidad tóxica sino que la masculinidad en sí es tóxica"

masculinidad, feminismo

comentarios (6)

#1 macarty

Te recomiendo lo de la teoría de galbrush, #0. Muy divertido.

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#2 Egeon

#1 Sí, el doble raserito de toda la vida. Esperma barato, óvulos caros, si él sufre que se joda, si ella sufre todos al rescate, él tiene que demostrarlo todo, ella ya es perfecta sólo por existir.

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#3 macarty

#2 es el espíritu. Me pregunto el por qué de ese deseo vengativo de quedar por encima y refocilarse. Sinceramente, creo que se gana más colaborando que compitiendo.

1 k 38
#4 Egeon

#3 Joder, en la EGB sólo nos enseñaron "regodearse".

A quién le atribuyes lo del deseo vengativo?

2 k 46
#5 macarty

#4 a las lilas de machete al machote y tal. No a todo el colectivo feminista, por supuesto.

2 k 44
#6 Egeon
*

#5 Estas no quieren vengarse de nada, saben que si pueden salir a la calle a cualquier hora o ir al colegio es gracias a que los hombres lo han hecho y siguen haciéndolo todo.

Lo que quieren es que el trato preferente y el doble rasero no se terminen. El chollo institucional, las paguitas, las cuotas, los divorcios a la carta, etc. Hay miles y miles de personas (uy perdón, persones) en partidos políticos, asociaciones de la mujer, observatorios de la mujer, departamentos de la mujer, institutos de la mujer, áreas de la mujer, juzgados de violencia contra la mujer, divorciadas que lo consiguen absolutamente todo y si se pone tonto amenaza de viogen, etc. etc. Eso por no hablar de todo el trato preferente que tienen a nivel social en sus relaciones de amistad, familiares, trabajo, parejas, etc.

Si dejan de hacerse las víctimas y de manipular se les acaba el chollo en menos de un mes.

Hace 40 años porque tenían la excusa de "la pata quebrada" pero ahora ya se está viendo de qué va la cosa y cada vez cuela menos. De ahí la mala hostia. No son deseos de venganza sino un miedo absolutamente atroz a que los tíos se den cuenta de la realidad.

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