Premio por hijos
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, entregó el premio por el 8M, Día de la Mujer, a una pobre diabla con quince churumbeles. Finalizó diciendo “mientras que antes los programas de los movimientos de mujeres liberales e intelectualistas contenían muchos puntos, el programa de nuestro movimiento de mujeres nacionalsocialistas tiene en realidad un solo punto, y ese punto es el niño, esa pequeña criatura que debe nacer y crecer fuerte y que es la única que da sentido a toda la lucha por la vida”. Es broma jaja. Eso lo dijo Adolf Hitler en un discurso ante la Liga Nacionalsocialista de Mujeres. Pero el premio es muy definitorio de la alucinación en la que está sumergida la derecha. Una señora soltera, sin hijos, que vive en pecado y para su profesión (o lo que ella sueña que es su profesión) resulta que es erigida en la autoridad que da un premio a una mujer que hace todo lo que ella no quiere hacer. Promovemos mitologías en las que no queremos estar como, por ejemplo, los barrios obreros solidarios y maravillosos de los que escapó aquel famoso líder de izquierdas en cuanto pudo hacerlo, como las prístinas comunidades con las que sueñan los anarquistas y que en realidad, las más perfectas, serían a su vez los más perfectos totalitarismos. Los derechosos quieren religión, pero no la practican y no se involucran en su evangelio. Quieren tauromaquia, pero no van a los toros. Quieren a España, pero se van a Andorra a tributar. Quieren que haya niños, pero no quieren tener hijos. No es que tengan una doble moral, algo por lo que se les criticaba antaño, no es que se casan, predican la fidelidad, pero a la vez van de putas o mantienen amantes. Ellos directamente no se casan, pero quieren que se casen los demás. No quieren hijos ni en pintura, pero se la pasan criticando el individualismo en el que ellos mismos viven tan felices. Son tanto o más hedonistas que los progres: follan sin casarse, abortan a diestro y siniestro, viven para sus trabajos, aficiones y bienes, pero sueñan con que existe una sociedad que no son ellos, y que se comporta según los valores que dicen promover. En tiempos el señor y la señora de derechas hacían su sociedad, ahora quieren que su sociedad la hagan los demás. Los demás, mientras tanto, estan haciendo lo mismo que ellos. Y todos estan alucinando con que tenemos mujeres deseosas de apilar niños. A no ser que estén mirando a las mahometanas, ninguna realidad representa la ganadora de ese premio.