Aznar, un “diosecillo” sin altar ni aureola
Hay personas de las que se puede afirmar sin posibilidad de equivocarse de que “genio y figura, hasta la sepultura”: son aquellas cuyas características psicológicas perduran inamovibles, incluso se acentúan, con el paso del tiempo. Este refrán se puede utilizar con un matiz positivo -quien mantiene una personalidad coherente y firme-, aunque, generalmente, la interpretación suele ser la contraria. Rufián y Aznar en su comparecencia en la comisión parlamentaria son casos paradigmáticos de esto último.