Hoy me he despertado poeta chorra. Antes de continuar (y acabar, espero) con mi carta a Menéame, un soneto para Hasel,
A HASEL, MARQUÉS DE RIVADULLO
Me dicen que al Marqués de Rivadullo
no le gusta el servicio de la trena.
Se le va a hacer muy dura la condena;
no es de mucha estrella el Hotel Trullo.
Su abogada declara, con orgullo
que no compartirá celda en su pena;
no sea que al tirar de la cadena
se mezcle, con los de otros, su zurullo.
Querrá que sea cesado el cocinero
por no servir los huevos con puntillas;
no tendrá otro destino el camarero
si no sopla, y queman las natillas;
y cuide - más le vale - el confitero
que no le salgan rancias las rosquillas.
A HASEL, MARQUÉS DE RIVADULLO
Me dicen que al Marqués de Rivadullo
no le gusta el servicio de la trena.
Se le va a hacer muy dura la condena;
no es de mucha estrella el Hotel Trullo.
Su abogada declara, con orgullo
que no compartirá celda en su pena;
no sea que al tirar de la cadena
se mezcle, con los de otros, su zurullo.
Querrá que sea cesado el cocinero
por no servir los huevos con puntillas;
no tendrá otro destino el camarero
si no sopla, y queman las natillas;
y cuide - más le vale - el confitero
que no le salgan rancias las rosquillas.