Más allá de las aplicaciones que tienen estas investigaciones en la erradicación del hambre, me parece un artículo interesante porque habla de una cuestión que, a mi juicio, suele obviarse.

Normalmente, cuando se habla de estos temas, solemos pensar en productos de uso más o menos "universal", una especie de "Santo Grial" aplicable a todas las plantas o, en su defecto, a todos los especímenes de una misma especie a nivel global. En este caso, hablan de bioinoculantes más locales, trabajados y potenciados en función de las características propias de la zona. Aunque se trate de una línea de acción más costosa y difícil, es muy posible que también proporcione muy buenos resultados al centrarse también en problemas más concretos y específicos, y descartar todo un abanico de problemas que no necesitan solución porque, localmente, no existen.

Son dos maneras de entender el desarrollo diferentes, pero es bueno que no se descuide una en favor de la otra, sobre todo si hablamos de algo tan serio e importante como es la alimentación.