Una de las características de los grandes intérpretes tiene que ver con su capacidad para "resisitir" los primeros planos de su rostro, algo que aunque parece simple no lo es, muchos aguantan un poco y enseguida se vienen abajo, ya no saben que gesto elegir o se acaban distrayendo. Un ejemplo de esto es Robert De Niro, capaz de tirarse en primer plano lo que a él le de la gana, y sin perder ni un ápice de presencia, no hay muchos así y es algo que marca una diferencia. De todos modos, en edición los primeros planos tienden por naturaleza a ser cortos por lo que en líneas generales son aceptables para la mayoría de los intérpretes.