#6 Pasaría lo mismo que si el voto nulo o el voto en blanco ganasen aplastantemente las elecciones: que los votantes estarían poniendo en cuestión el sistema en masa, y, además, eso se haría evidente. Los partidos perderían muchísimas subvenciones, porque estas dependen de los escaños conseguidos y podrían gobernar, pero tendrían muy poca legitimidad a la hora de hacerlo.

En mi opinión, si todo funciona como debe, no se debería llegar nunca a ese punto. El funcionamiento lógico esperable es un par de escaños iniciales. Que llamara la atención. Ahí los políticos tendrían que mover ficha. Si no la mueven y todo sigue igual, en las siguientes elecciones habría muchos más escaños vacíos, y empezaría a haber peticiones concretas (en mi opinión: independencia del poder judicial, lucha real contra la corrupción, adelgazamiento del estado y reducción de privilegios en la clase politica y, sobre todo,mayor participación con posibilidad de presentar iniciativas legislativas y poder pedir referendum mediante recogidas de firmas para leyes aprobadas por los representantes, como en Suiza) Si todo esto no ocurre, entonces sí se llegaría a esa mayoría de escaños vacíos, y en ese momento sí que podría plantear un periodo de libertad constituyente que instaure los cambios que el pueblo demanda y el sistema actual no es capaz de aceptar, pero en mi opinión ese no es el camino más deseable, porque crea más inestabilidad vacíos de poder e incertidumbre sobre el futuro.