Hay una medida estadística denominada esperanza matemática que es la que debemos comparar con el precio a pagar.
Si la esperanza matemática es menor que el precio, entonces no es buen negocio y no hay que comprar el boleto de lotería.
Todo es está muy bien, pero como dice el artículo en realidad comprando loteria también compras ilusión (mira que si me toca...), también compras socialización (llamar a ese familiar para intercambiar billetes...), también compras alegría (la Navidad empieza cuando compro la loteria...), también compras integración (no eres el único bicho raro que no compra). Todos esos estados de ánimo tienen su precio.
Por último, hay un argumento difícil de rebatir a favor de la lotería: considerar el premio como infinito. La cosa consiste en que a fin de cuentas te da igual que el premio sea de 10 millones de euros, de 100 millones o de infinitos euros, porque son cantidades que sobrepasan todas tus espectativas económicas. Si es así, el cálculo de la esperanza matemática que indicaba en el primer párrafo queda desbaratado a favor de comprar lotería (con la condición, claro está, de que el precio del billete no sea excesivo para mi poder adquisitivo).
Yo dudaría mucho antes de llamar ignorantes o de despreciar a los que compran lotería. A fin de cuentas, no es lo peor que un ser humano puede hacer con su dinero.
#5 En el artículo no se llama directamente a nadie ignorante, mas bien dicen lo mismo que tú "Un colega me dijo una vez que la lotería es el impuesto de la ignorancia. Pero no estoy del todo seguro. Me gusta más pensar que la gente compra esperanza." Estoy de acuerdo en que cada uno haga lo que quiera con su dinero siempre y cuando no sea dinero que le haga falta para necesidades básicas. Hay quien se divierte más comprando lotería y luego viendo el sorteo, que usando ese dinero para ir de bares o ver fútbol, por poner un ejemplo. A mi este tipo de artículos me gustan sobre todo como una forma entretenida de aprender un poco de teoría de probabilidad aprovechando una costumbre habitual, no como forma de advertir a la gente de que no compre lotería. Yo la verdad es que el único número que compro para Navidades es siempre el de la envidia, el que todo el mundo compra en la oficina donde trabajo hasta ahora no ha salido del todo mal, en los últimos seis años en una ocasión devolvieron el dinero y en otra me tocaron 100€, así que 120€ gastados, 120€ recuperados. Veremos que pasa este año.
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Si la esperanza matemática es menor que el precio, entonces no es buen negocio y no hay que comprar el boleto de lotería.
Todo es está muy bien, pero como dice el artículo en realidad comprando loteria también compras ilusión (mira que si me toca...), también compras socialización (llamar a ese familiar para intercambiar billetes...), también compras alegría (la Navidad empieza cuando compro la loteria...), también compras integración (no eres el único bicho raro que no compra). Todos esos estados de ánimo tienen su precio.
Por último, hay un argumento difícil de rebatir a favor de la lotería: considerar el premio como infinito. La cosa consiste en que a fin de cuentas te da igual que el premio sea de 10 millones de euros, de 100 millones o de infinitos euros, porque son cantidades que sobrepasan todas tus espectativas económicas. Si es así, el cálculo de la esperanza matemática que indicaba en el primer párrafo queda desbaratado a favor de comprar lotería (con la condición, claro está, de que el precio del billete no sea excesivo para mi poder adquisitivo).
Yo dudaría mucho antes de llamar ignorantes o de despreciar a los que compran lotería. A fin de cuentas, no es lo peor que un ser humano puede hacer con su dinero.