#8 Pues sí, fuí educado en la secta católica pero actualmente no sigo a ninguna secta ya que todas pretenden lo mismo, lavarte el cerebro según sus intereses y conveniencias. Para ser cristiano no hace falta mucho, sólo ser buena persona y solidario con tus vecinos y la gente que te rodea (las sectas lo llaman "prójimo" que queda más fino); y lo más importante, no necesitas "intermediarios" para hablar con Dios.
En cuanto a "enseñanzas" pues me rijo por el sentido común. Cualquiera con dos dedos de frente sabe distinguir entre lo que es correcto y lo que no lo es. Sobran curas, imanes, predicadores y demás fauna.
#9 Agradezco tu sinceridad. En los 90 me metí en una iglesia evangélica y empecé muy ilusionado pero fui viendo como las mujeres eran vilipendiadas por el credo. Sí, culpaban a la mujer del pecado original y en los actos debían de cubrir sus cabezas con pañuelos por aquella vergüenza.
Desde entonces no sigo a ninguna y de los Evangelios hay cosas que me llaman la atención y otras las detesto, como los escritos de Pablo, un misógino de mucho cuidado.
#10 Jeje, una iglesia evangélica, a eso me refería con lo de "lavar el cerebro". Sobre lo que mencionas de los Evangelios pues ni idea, creo que he leído más el Corán que la Biblia. Hace tiempo me dió por estudiar un poco el tema y tal, pero sigo viéndolo como "novelas históricas" y cosas de Sci-Fi más que enseñanzas para la vida diaria. Quizá las fábulas de Samaniego y sus moralejas me fueron más útiles:
Me interesa, es el único cristianismo que me gusta.
En cuanto a "enseñanzas" pues me rijo por el sentido común. Cualquiera con dos dedos de frente sabe distinguir entre lo que es correcto y lo que no lo es. Sobran curas, imanes, predicadores y demás fauna.
Desde entonces no sigo a ninguna y de los Evangelios hay cosas que me llaman la atención y otras las detesto, como los escritos de Pablo, un misógino de mucho cuidado.
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