La deuda no se condona, sólo cambia de manos. Los pagadores somos exactamente los mismos.

La maniobra política del gobierno es ofrecer a todas las taifas una quita de su monstruosa deuda, cambiarla de página en el registro contable nacional. Todos los gestores deberían ir a la cárcel, a cambio, por provocar esta situación. En lugar de eso, millones de españoles manifiestan su intención de seguir votándoles.

Así pues, los presidentes del PP no pueden renunciar a una medida ventajosa para sus (malas) cuentas, al tiempo que tampoco pueden aceptarlas de un gobierno sostenido por progres. El PP queda, de nuevo, en evidencia. Pero da igual.