En una peli de serie b uno de estos actos se iría de madre y alguna Charo furibunda lograría, discurso ininteligible mediante, despertar a la momia del caudillo, que organizaría una cacería en el Pardo para ir cargándose a los ministros uno a uno.
Perro escaparía porque es muy rápido, y si lograra alcanzarlo se declararía siervo de Franco para salvar el culo, o quizás ofreciese a Begoño en sacrificio.
El director sería Lucio Fulci, puestos a resucitar.
#3 Puestos a colgar guiones, propongo una de Darío Argento.
El día x es muy señalado, puesto que se va a celebrar un acto conmemoratorio de la muerte del dictador, una celebración del fin de la dictadura y el regreso de la "democracia". Lo que pasa es que una secta con adscritos dentro del Gobierno, pero también en la oposición, ha preparado un ritual de magia negra: donde el presidente del Gobierno va a celebrar su discurso van a colocar un faristol que en su día usó Franco y que, de alguna forma, acoge su espíritu.
Los meses previos este grupo se ha dedicado a realizar pócimas con restos humanos sacados del Valle de los Caídos, a untar el faristol con ellas, a celebrar misas negras.
Cuando el gran Perro comience a orar y toque el mueble sentirá cómo un espíritu ajeno toma posesión de su cuerpo, se apreciará por un cambio en su expresión y en su voz. Con un semblante, de golpe, serio, y una conocida voz aflautada, comenzará a maldecir a todos los partidos y a todos los políticos, por ser rojos, de izquierda, inmorales, masones y anticristianos.
En medio del estupor por tal transformación los diputados, auxiliares e invitados presentes en el Congreso de los Diputados que pertenecen a la secta trabarán todas las puertas, se quitarán su traje o vestido laboral y aparecerán en túnicas azul marino. Sacará cada uno de ellos una daga "made in Albacete" de entre sus ropajes y se pondrán a acuchillar diestro y siniestro. Los diputados, aterrados, no podrán escapar a su destino. Las cámaras de televisión lo mostrarán todo en directo y un plano aéreo de las ciudades permitirá ver a los telespectadores que se producen explosiones y saqueos por doquier.
Perro escaparía porque es muy rápido, y si lograra alcanzarlo se declararía siervo de Franco para salvar el culo, o quizás ofreciese a Begoño en sacrificio.
El director sería Lucio Fulci, puestos a resucitar.
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El día x es muy señalado, puesto que se va a celebrar un acto conmemoratorio de la muerte del dictador, una celebración del fin de la dictadura y el regreso de la "democracia". Lo que pasa es que una secta con adscritos dentro del Gobierno, pero también en la oposición, ha preparado un ritual de magia negra: donde el presidente del Gobierno va a celebrar su discurso van a colocar un faristol que en su día usó Franco y que, de alguna forma, acoge su espíritu.
Los meses previos este grupo se ha dedicado a realizar pócimas con restos humanos sacados del Valle de los Caídos, a untar el faristol con ellas, a celebrar misas negras.
Cuando el gran Perro comience a orar y toque el mueble sentirá cómo un espíritu ajeno toma posesión de su cuerpo, se apreciará por un cambio en su expresión y en su voz. Con un semblante, de golpe, serio, y una conocida voz aflautada, comenzará a maldecir a todos los partidos y a todos los políticos, por ser rojos, de izquierda, inmorales, masones y anticristianos.
En medio del estupor por tal transformación los diputados, auxiliares e invitados presentes en el Congreso de los Diputados que pertenecen a la secta trabarán todas las puertas, se quitarán su traje o vestido laboral y aparecerán en túnicas azul marino. Sacará cada uno de ellos una daga "made in Albacete" de entre sus ropajes y se pondrán a acuchillar diestro y siniestro. Los diputados, aterrados, no podrán escapar a su destino. Las cámaras de televisión lo mostrarán todo en directo y un plano aéreo de las ciudades permitirá ver a los telespectadores que se producen explosiones y saqueos por doquier.