Yo también he alucinado omnibuses cósmicos leyendo ciertas cosas. Había yo hecho un par de modestos intentos de avisar al rey de que va desnudo, con "escasos" resultados.
No es que esto sea nuevo. Se ha visto muchas veces en la historia de los mercados, frutícolas o no. Se llama "huida hacia adelante" y consiste en intentar cambiar los resultados de ciertas acciones realizando exactamente las mismas acciones de antes, pero más, mucho más.
Un elemento clave del éxito consiste en cometer un diagnóstico equivocado del problema, quizás siguiendo el consejo de precisamente los comerciantes que no habían sido expulsados del mercado, decidiendo el porque aquellos que ni están, ni nadie habla con ellos, se supone que no están regresando. El procedimiento es susceptible de amplificar sesgos, y otras cosas que obvio por evidentes.
Hay una antigua leyenda, probablemente apócrifa, que cuenta que un comerciante expulsado intentó hablar a la realeza mediante un antiguo sistema de notas basado en el código morse con la intención de contarles lo que la guardia real nunca les va a decir. Por desgracia interpretaron mal la moraleja de "matar al mensajero" y le cortaron la retirada.
Hasta ahora yo veía venir que el califa Ben-khal-amin iba a montar algún desastre pero no sabía muy bien como. Ahora, por fin, su visir está explicando el como lo harán en gran detalle. Está tan bien urdida la trama, tan aplaudida por la guardia real, que más que pensamiento ilusorio parece un plan de suicido sin fisuras. Con la excusa de resolver un problema imaginario, planean quemar el puente de acceso al mercado.
No es que esto sea nuevo. Se ha visto muchas veces en la historia de los mercados, frutícolas o no. Se llama "huida hacia adelante" y consiste en intentar cambiar los resultados de ciertas acciones realizando exactamente las mismas acciones de antes, pero más, mucho más.
Un elemento clave del éxito consiste en cometer un diagnóstico equivocado del problema, quizás siguiendo el consejo de precisamente los comerciantes que no habían sido expulsados del mercado, decidiendo el porque aquellos que ni están, ni nadie habla con ellos, se supone que no están regresando. El procedimiento es susceptible de amplificar sesgos, y otras cosas que obvio por evidentes.
Hay una antigua leyenda, probablemente apócrifa, que cuenta que un comerciante expulsado intentó hablar a la realeza mediante un antiguo sistema de notas basado en el código morse con la intención de contarles lo que la guardia real nunca les va a decir. Por desgracia interpretaron mal la moraleja de "matar al mensajero" y le cortaron la retirada.
Hasta ahora yo veía venir que el califa Ben-khal-amin iba a montar algún desastre pero no sabía muy bien como. Ahora, por fin, su visir está explicando el como lo harán en gran detalle. Está tan bien urdida la trama, tan aplaudida por la guardia real, que más que pensamiento ilusorio parece un plan de suicido sin fisuras. Con la excusa de resolver un problema imaginario, planean quemar el puente de acceso al mercado.
Comerciantes, los acontecimientos se aceleran.