Para a entender qué es lo que ha sucedido hay que empezar admitiendo que Hillary no es una persona aceptada en norteamérica por el pueblo en general, particularmente por su actitud desdeñosa y su soberbia mejor o peor disimulada.
Y hay que empezar a admitir de una vez que a Clinton la eligieron en el caucus de primarias por ser mujer, no por su política -desde luego- y porque, habida cuenta de los candidanos republicanos, se vieron victoriosos con ella. Querían hacer otro Obama. Ahora todos se lamentan que Sanders, ay, mi Sanders: Sanders es un viejo y eso no les servía, porque nada más tenía que ideologías políticas y ellos querían ganar a toda costa pensando que con la fachada era suficiente (otro caso de Pedro Sánchez). No queremos un viejo, queremos una mujer que eso está de moda, es más hip y tiene mejor pinta. De aquellos polvos estos lodos.

La participación ha sido la que ha sido. Y los que no han despreciado a Hillary por sus escándalos y se han pasado al lado republicano se han quedado en casa.