Ser persona inteligente no está reñido con estar completamente equivocado. Que estos fulanos proclamen sus seres mágicos en uno de los domicilios del Estado constituye una evidencia de que no existe la dictadura que esos mismos fulanos denuncian, así como de que España sigue anclada en el Antiguo Régimen y muchos de sus ciudadanos, ocupados en ángeles y demonios.