Pues cuando el (entonces) heredero a la Corona se casó con una divorciada, no pareció importarles mucho.

Lo de la Iglesia y los profesores de religión es tremendo. No solo se les da la posibilidad, muy discutibe, de difundir unas creencias en detrimento de otras y contrarias a cualquier crítica racional, sino que también tienen la libertad de escoger al profesorado (es el único que accede a plaza sin necesidad de pasar una oposición), y para más inri (valga la expresión), financiados por un Estado teóricamente aconfesional que les paga el sueldo.

No contentos con eso, no tienen el menor reparo a la hora de despreciar la legislación vigente y pretender estar por encima de la Ley y la Constitución. Vamos, que los obispos españoles siguen viviendo como auténticos señores feudales allí donde tienen metido el hocico.