El Estado envió a sus máximos representantes a la zona a pasear un rato antes de comer. Antes, sus matones habían despejado la calle, indicando a los ciudadanos que debían aplaudir desde las aceras y esperar un saludo. Lo recogerían sus periodistas lameculos, encargados difundir tan grandioso gesto de compromiso de las élites. El pueblo, insultado, ha respondido con lo que tiene. Sánchez ya se sabe el rollo, le reciben así en todas partes. El Estado ha fracasado.
#21 Mucho, amigo. Hasta las muertes las aprovechan para la propaganda partidista, no pueden ni esperarse a que pase todo este calvario de las víctimas.
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