#12 Algo ha contado de eso en sus artículos. Algo parecido le pasó a Michael Moore cuando todos apoyaban la guerra de Bush en Irak y él la criticaba, que se apartaron de él como de la peste. Por lo visto el ser humano tiene ese punto débil, que seguramente le ha permitido sobrevivir desde un punto de vista evolutivo, que es el de ponerse la venda en los ojos y seguir lo que dicte el poderoso de turno, sin criterio propio, sin crítica, sólo ciego seguidismo. Se ve en las sectas, en las sociedades autoritarias, pero también en los puestos de trabajo, en los partidos políticos, en las redacciones de los periódicos, etc.
#13 Supongo que entre las élites intelectuales debe ser algo aún más radical, en tanto que son por lo general un instrumento del poder para transmitir a veces la propaganda que proceda en cada momento. En el caso de Naomi el punto de inflexión fue criticar los efectos secundarios de las vacunas en la menstruación de las mujeres, que era lo que había hecho toda su carrera como activista feminista, por otra parte. De repente pasó de ser una respetable intelectual a ser una conspiranoica peligrosa, justamente porque ése no era el mensaje que el poder quería transmitir en ese momento. El libro tiene un capítulo sobre los documentos de Pfizer que desclasificó el tribunal de Florida (creo así de memoria) porque Naomi estaba en el grupo que los analizó.
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