Hay un tema que he pasado un poco por alto.
Hay dos tipos de incapacidades: psicológicas y físicas. Tanto unas como otras son temporales o permanentes. En el caso de las psicológicas, he visto reventar por ansiedad y estrés a gente que tiene la misma sensibilidad que una piedra (gerentes y directores) en entornos de tipo Gas Natural, Repsol e Iberdrola (Utilities) y especialmente en Banca. En el caso de las Kelis, de limpiar 15 habitaciones por turno a 25 implica lesiones en los hombros, porque no olvidemos que todo trabajo físico en condiciones penosas, lo menos que puede pasar es una calcificación de los tendones y aparezca una rotura en los rotadores; a medida que avanza la edad, sin calentar ni hacer una preparación física adecuada, la probabilidad de lesión aumenta, y el riesgo de lesiones incapacitantes se dispara.
Háblales a los empresarios hoteleros de “calentar”, de preparación física adecuada, y no ya de bajar el número de habitaciones por Keli; se te parten de la risa. Esto, que tan alegremente la empresa privada pasa por alto en aras del beneficio a corto plazo se mutualiza entre todos los que pagamos impuestos, y quedan dos víctimas: el erario público que tiene que hacerse cargo de una baja temporal o permanente, y la persona que lo sufre, que difícilmente volverá a estar al 100%. Pero aquí somos muy de socializar las pérdidas y privatizar los beneficios, claro. Y que se joda el currela, que ya vendrá otro. Capitalismo de amigotes.
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Hay dos tipos de incapacidades: psicológicas y físicas. Tanto unas como otras son temporales o permanentes. En el caso de las psicológicas, he visto reventar por ansiedad y estrés a gente que tiene la misma sensibilidad que una piedra (gerentes y directores) en entornos de tipo Gas Natural, Repsol e Iberdrola (Utilities) y especialmente en Banca. En el caso de las Kelis, de limpiar 15 habitaciones por turno a 25 implica lesiones en los hombros, porque no olvidemos que todo trabajo físico en condiciones penosas, lo menos que puede pasar es una calcificación de los tendones y aparezca una rotura en los rotadores; a medida que avanza la edad, sin calentar ni hacer una preparación física adecuada, la probabilidad de lesión aumenta, y el riesgo de lesiones incapacitantes se dispara.
Háblales a los empresarios hoteleros de “calentar”, de preparación física adecuada, y no ya de bajar el número de habitaciones por Keli; se te parten de la risa. Esto, que tan alegremente la empresa privada pasa por alto en aras del beneficio a corto plazo se mutualiza entre todos los que pagamos impuestos, y quedan dos víctimas: el erario público que tiene que hacerse cargo de una baja temporal o permanente, y la persona que lo sufre, que difícilmente volverá a estar al 100%. Pero aquí somos muy de socializar las pérdidas y privatizar los beneficios, claro. Y que se joda el currela, que ya vendrá otro. Capitalismo de amigotes.