R. El neoliberalismo existe, pero solo para los pobres. El mercado libre es para ellos, no para nosotros. Esa es la historia del capitalismo. Las grandes corporaciones han emprendido la lucha de clases, son auténticos marxistas, pero con los valores invertidos. Los principios del libre mercado son estupendos para aplicárselos a los pobres, pero a los muy ricos se los protege. Las grandes industrias energéticas reciben subvenciones de cientos de millones de dólares, la economía high-tech se beneficia de las investigaciones públicas de décadas anteriores, las entidades financieras logran ayudas masivas tras hundirse… Todos ellos viven con un seguro: se les considera demasiado grandes para caer y se los rescata si tienen problemas. Al final, los impuestos sirven para subvencionar a estas entidades y con ellas a los ricos y poderosos. Pero además se le dice a la población que el Estado es el problema y se reduce su campo de acción. ¿Y qué ocurre? Su espacio es ocupado por el poder privado y la tiranía de las grandes entidades resulta cada vez mayor.
#2 Es lo que hace tiempo llevo diciendo yo: una economía como la de España allá por el año 1990, es decir, educación, sanidad, pensiones y grandes empresas estratégicas (energía, agua, etc) controladas por el estado, y el resto de economía basada en la propiedad privada y liberalizada. Así, se garantizan unos mínimos para la gente en general, pero todo el mundo puede montar su empresa, etc.
Eso sí, yo también aboliría las comunidades autónomas y todos los órganos políticos asociados como diputaciones, órganos comarcales, etc. Vamos, limpieza a fondo. Anda que no se ahorraría directamente con su supresión, pero también indirectamente con las corruptelas asociadas, etc...
R. El neoliberalismo existe, pero solo para los pobres. El mercado libre es para ellos, no para nosotros. Esa es la historia del capitalismo. Las grandes corporaciones han emprendido la lucha de clases, son auténticos marxistas, pero con los valores invertidos. Los principios del libre mercado son estupendos para aplicárselos a los pobres, pero a los muy ricos se los protege. Las grandes industrias energéticas reciben subvenciones de cientos de millones de dólares, la economía high-tech se beneficia de las investigaciones públicas de décadas anteriores, las entidades financieras logran ayudas masivas tras hundirse… Todos ellos viven con un seguro: se les considera demasiado grandes para caer y se los rescata si tienen problemas. Al final, los impuestos sirven para subvencionar a estas entidades y con ellas a los ricos y poderosos. Pero además se le dice a la población que el Estado es el problema y se reduce su campo de acción. ¿Y qué ocurre? Su espacio es ocupado por el poder privado y la tiranía de las grandes entidades resulta cada vez mayor.
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Eso sí, yo también aboliría las comunidades autónomas y todos los órganos políticos asociados como diputaciones, órganos comarcales, etc. Vamos, limpieza a fondo. Anda que no se ahorraría directamente con su supresión, pero también indirectamente con las corruptelas asociadas, etc...