El PSOE de Sánchez pensaría que con aquella basura lograban desgastar al rival político que casi les da el susto y que los votos revertían en ellos. Pero fueron muchos los que no llegaron al PSOE.
Ahora, la quiniela. Sánchez dimite y deja a Díaz de presidenta. Suena estrambótico, incluso para el PSOE. Pero, ¿sería un movimiento táctico posible?
#3 Desde luego, es la opción normal. Pero le di una pensada al tema y, siendo un desfase casi total, tiene encaje. Pensemos.
Como Montero, sería la primera mujer presidenta del consejo de ministros de este país, que, sin duda, otra vez se romperá.
Como primera presidenta al margen de PPSOE, sería más fácilmente aceptada por los socios de investidura: el PSOE podría pactar con PNV en País vasco sin que Bildu le apriete en Madrid y en Cataluña ganar las elecciones y pactar con quien quiera porque, formalmente, no tiene el gobierno en Madrid.
La presidenta sería de Sumar, cuarta minoría parlamentaria, en una sobrecogedora minoría. El único riesgo, que convocase elecciones anticipadas.
Ninguna cara (siempre dura) del PSOE se desgastaría en primera línea, de hecho no hay un sustituto carismático ahora mismo.
Durante unos dos años, Díaz se comería cualquier marrón de Interior o mal dato económico, a lo Liz Truss en la Isla pirata. Aguantaría los cara a cara con Fakejoy a base de darle datos y absorbería la rabia de la extrema derecha de salón sin desgaste para un líder sociolisto. Pero es más, sería el foco de las críticas de Iglesias y lo que queda de su organización, por llegar de una carambola que provocó por él mismo.
En ese intervalo, el aparato del PSOE tendría tiempo de colocar como cara (dura) de cartel otro cachorro de partido, aún más cínico e inútil que todos los anteriores, a tiempo de obtener respaldo de una nueva prensa afín.
No ocurrirá porque el PSOE no suelta el poder así como así. Pero, y si...
Se hará la víctima, convocará elecciones, el PP presentará a ese ser que tienen, volverá a pactar con quien haga falta a cambio de todo lo que le pidan (da igual si es inmoral, ilegal, imposible o temerario) y seguirá en el colchón y el Falcon, que es lo único que le importa.
#4 Si les vuelve a ganar una presidencia así a los representantes de las élites, Florentino disuelve el PP y los iraníes liquidan a la cúpula de Vox, tras avisar con Vidal Quadras. Por cierto, ¿qué se ha sabido de aquello?
#8 Ah, que Pedro Sánchez Pérez-guión-Castejón, exconsejero de Cajamadrid, ex becario de la OTAN, líder del PSOE y presidente del gobierno no es un representante de las élites.
#13 Está mal expresado, sí. Él es un representante de las élites y su partido, una fachada mal pintada de ellas que pretende disimular. Los otros ni lo intentan.
#5 El saco de basura residente en París, a escarnio de su pueblo, chantajeará igual a cualquiera porque le respaldan los gringos. ¿Con qué le enfrentaría Fakejoy, con los sicarios del examigo?
Por supuesto que la opción Díaz es un guiño a la probabilidad, ni en un millón de universos. Pero ya expongo algunos argumentos más arriba. Disparatados. Lo admito.
Ahora, la quiniela. Sánchez dimite y deja a Díaz de presidenta. Suena estrambótico, incluso para el PSOE. Pero, ¿sería un movimiento táctico posible?
Como Montero, sería la primera mujer presidenta del consejo de ministros de este país, que, sin duda, otra vez se romperá.
Como primera presidenta al margen de PPSOE, sería más fácilmente aceptada por los socios de investidura: el PSOE podría pactar con PNV en País vasco sin que Bildu le apriete en Madrid y en Cataluña ganar las elecciones y pactar con quien quiera porque, formalmente, no tiene el gobierno en Madrid.
La presidenta sería de Sumar, cuarta minoría parlamentaria, en una sobrecogedora minoría. El único riesgo, que convocase elecciones anticipadas.
Ninguna cara (siempre dura) del PSOE se desgastaría en primera línea, de hecho no hay un sustituto carismático ahora mismo.
Durante unos dos años, Díaz se comería cualquier marrón de Interior o mal dato económico, a lo Liz Truss en la Isla pirata. Aguantaría los cara a cara con Fakejoy a base de darle datos y absorbería la rabia de la extrema derecha de salón sin desgaste para un líder sociolisto. Pero es más, sería el foco de las críticas de Iglesias y lo que queda de su organización, por llegar de una carambola que provocó por él mismo.
En ese intervalo, el aparato del PSOE tendría tiempo de colocar como cara (dura) de cartel otro cachorro de partido, aún más cínico e inútil que todos los anteriores, a tiempo de obtener respaldo de una nueva prensa afín.
No ocurrirá porque el PSOE no suelta el poder así como así. Pero, y si...
Se hará la víctima, convocará elecciones, el PP presentará a ese ser que tienen, volverá a pactar con quien haga falta a cambio de todo lo que le pidan (da igual si es inmoral, ilegal, imposible o temerario) y seguirá en el colchón y el Falcon, que es lo único que le importa.
Por supuesto que la opción Díaz es un guiño a la probabilidad, ni en un millón de universos. Pero ya expongo algunos argumentos más arriba. Disparatados. Lo admito.