la ciudad tendrá que pagar millones a los ciudadanos por el estrés que les acaba de crear al respecto y no habrá dinero para rehacer el puente. Entonces aparecerá una corporación que lo reconstruirá y se bautizará al puente con su nombre
#5 Y pondrá un peaje tras ser privatizado por 30 años, la empresa adjudicataria se ahorrará el mantenimiento tras presionar con sus lobbies para librarles de la carga federal, y cuando se caiga, vuelta a empezar. Los yuesei son así.
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