¿No se le ha ocurrido que mejor que su aspecto físico sea una persona competente?
A propósito. Si quieren que de verdad la política sea representativa de la población, lo que tienen que hacer es que los escaños del Congreso de los diputados y del Senado se rifen entre los habitantes del país. Hay un libro muy interesante donde se plantea esto del sorteísmo como un modelo de democracia alternativa:
Con un sistema por sorteo, los diputados serían personas aleatorias, sería desde luego completamente representativo porque habría de todo: gente joven y gente mayor. Mujeres y hombres. Parados y trabajadores. Guapos y feos. Gente sin estudios y gente con muchos estudios.
Pero jamás van a proponer algo así porque sería el final de los partidos políticos. El principal problema de nuestra democracia son los partidos políticos. Podrán atacarse entre ellos, pero jamás van a plantear un cambio en el sistema que suponga una merma para ellos en su conjunto.
Los partidos políticos son estructuras fundamentalmente antidemocráticas, y trasladan al resto de la democracia esta lógica. Por eso, una vez que están en el poder tratan de permanecer en él pase lo que pase.
No importa cuántas veces prometan que van a terminar con la corrupción porque no es verdad. Su propia naturaleza les impide ser completamente limpios. No solo cometen corrupción en las estructuras del estado, dentro de la propia pirámide del partido los que van destacando también realizan tretas sucias.
#7 No es posible la asignación aleatoria de los asientos porque mucha gente rechazaría el puesto, lo que te implca una selección. Dicha selección eliminaría precisamente a las personas más adecuadas, dejando libre el camino de la corrupción a otros.
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A propósito. Si quieren que de verdad la política sea representativa de la población, lo que tienen que hacer es que los escaños del Congreso de los diputados y del Senado se rifen entre los habitantes del país. Hay un libro muy interesante donde se plantea esto del sorteísmo como un modelo de democracia alternativa:
www.casadellibro.com/libro-contra-las-elecciones/9788430618422/4796239
Con un sistema por sorteo, los diputados serían personas aleatorias, sería desde luego completamente representativo porque habría de todo: gente joven y gente mayor. Mujeres y hombres. Parados y trabajadores. Guapos y feos. Gente sin estudios y gente con muchos estudios.
Pero jamás van a proponer algo así porque sería el final de los partidos políticos. El principal problema de nuestra democracia son los partidos políticos. Podrán atacarse entre ellos, pero jamás van a plantear un cambio en el sistema que suponga una merma para ellos en su conjunto.
Los partidos políticos son estructuras fundamentalmente antidemocráticas, y trasladan al resto de la democracia esta lógica. Por eso, una vez que están en el poder tratan de permanecer en él pase lo que pase.
No importa cuántas veces prometan que van a terminar con la corrupción porque no es verdad. Su propia naturaleza les impide ser completamente limpios. No solo cometen corrupción en las estructuras del estado, dentro de la propia pirámide del partido los que van destacando también realizan tretas sucias.