#2 Es la consecuencia de esta sociedad del espectáculo, que diría Debord, donde el amarillismo y los "Gran Hermano" de turno modelan un sentido común que roza el ridículo y acepta la mercantilización de cualquier acontecimiento, la desintegración del sentido de la privacidad. Prácticamente la única frontera hoy en día es lo "políticamente correcto".