#5 A Pérez Reverte le pierde su afición de imitador grosero de Fernán Gómez. Comparto mucho de su visión sobre muchos aspectos del ser humano, cuando quiere razonar. No era tan aficionado al insulto vulgar cuando vivía a sueldo. Con todo, tiene razón en que alguno buscaría en sus palabras una vuelta para hacerse notar. Y en eso, para vender su pescado, Iglesias siempre destacó. Esos intercambios de zascas son muy mal ejemplo. Podrían discutir con decoro y mostrar que en España hay esperanza en la discrepancia.
Fue invocar a "algún imbécil" y aparecer estos dos seres voluntariamente a toda velocidad.
Me pasa a mí y me quedan décadas para llegar a su edad...
*