#13 Yo soy analista programador. Tengo un sueldo bueno, pero nada escandaloso. Vamos, que un médico gana más que yo. Y dudo mucho que nadie con un sueldo malo pueda llegar a cobrar al mes en neto lo mismo que yo, por mucha ayuda que le dé el gobierno.
Yo lo que veo es una generación de cristal, a los que se lo han puesto fácil en todo y cuando llegan al mercado laboral, se topan con la realidad de la vida, y prefieren seguir bajo las faldas de mamá. Una generación que pasa de curso aunque le queden 3 asignaturas. Una generación que no se ha dado de hostias en el recreo porque a la mínima los llevan al despacho del director, llaman a los padres y forman la mundial. Una generación con un baúl hasta arriba de juguetes (en la mía recibías un regalo en reyes y con suerte, en tu cumpleaños). Una generación que ha dado malas contestaciones a los adultos que han querido corregirles (se hubiese enterado mi padre que le doy una mala contestación a un adulto, y de la hostia que me pega me arranca la cabeza). Una generación con juguetes caros como videoconsolas, móviles y tablets, aunque costaran el sueldo de una semana de sus padres. Una generación llevada al instituto por los padres, no los vayan a violar por el camino.
Por las tardes, después de la siesta, me voy a hacer deporte a las máquinas de musculación de un parque. Veo a chavales de 14 años para arriba fumando porros y hablando sandeces. Un tirao que con 14 años está fumando porros y que va al colegio a hacer el mínimo esfuerzo, no esperes que se mate por ascender en ninguna empresa.
Por suerte, aunque hay muchísimos así, todavía sigue habiendo jóvenes responsables, honestos y trabajadores. Yo tengo la suerte de conocer a varios, y cuando me han pedido ayuda con sus estudios no he dudado en echarles una mano.
#14 No puedo llevarte la contraria porque creo que es exactamente como dices. La cuestión es que, por muy protegidos que estén, en algún momento deben aportar a la sociedad e integrarse. Las personas que son responsables y como bien dices, se esfuerzan, lo van a conseguir seguro y tenemos que darles todas las facilidades para que consigan progresar. ¿Qué hacemos con los que aportan nada ni quieren aportar? ¿Les mantenemos entre todos los demás a perpetuidad?
#15 pues fíjate que creo que el motivo de que no se legalicen las drogas es precisamente que puedan subsistir toda esa panda de vagos y maleantes que no quieren doblar la raspa. Los mantenemos ahí con una actividad artificialmente ilegal para que puedan trapichear y comer todos los días. Si de repente las drogas fuesen legales, se dedicarían a robar, porque está claro que no tienen oficio ni beneficio
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Yo lo que veo es una generación de cristal, a los que se lo han puesto fácil en todo y cuando llegan al mercado laboral, se topan con la realidad de la vida, y prefieren seguir bajo las faldas de mamá. Una generación que pasa de curso aunque le queden 3 asignaturas. Una generación que no se ha dado de hostias en el recreo porque a la mínima los llevan al despacho del director, llaman a los padres y forman la mundial. Una generación con un baúl hasta arriba de juguetes (en la mía recibías un regalo en reyes y con suerte, en tu cumpleaños). Una generación que ha dado malas contestaciones a los adultos que han querido corregirles (se hubiese enterado mi padre que le doy una mala contestación a un adulto, y de la hostia que me pega me arranca la cabeza). Una generación con juguetes caros como videoconsolas, móviles y tablets, aunque costaran el sueldo de una semana de sus padres. Una generación llevada al instituto por los padres, no los vayan a violar por el camino.
Por las tardes, después de la siesta, me voy a hacer deporte a las máquinas de musculación de un parque. Veo a chavales de 14 años para arriba fumando porros y hablando sandeces. Un tirao que con 14 años está fumando porros y que va al colegio a hacer el mínimo esfuerzo, no esperes que se mate por ascender en ninguna empresa.
Por suerte, aunque hay muchísimos así, todavía sigue habiendo jóvenes responsables, honestos y trabajadores. Yo tengo la suerte de conocer a varios, y cuando me han pedido ayuda con sus estudios no he dudado en echarles una mano.