Yo tampoco me tiraría de los pelos. Es un clásico, igual que los de recursos humanos hace años cuando los trabajadores les hacen la peineta. Alguno hasta fue a las típicas ferias de empleo en las facultades, y ni uno le entregó el CV.

O los hosteleros rajando de que no encuentran camareros.

Como ya no se puede disimular el invierno demográfico, la culpa es de quien no quiere tener hijos.

Es todo lo mismo, quedarse sin remeros para la galera, y tratar de culparles. El problema es que cuando se llega a esos extremos el personal está tan harto y quemado, que estas pataletas generan desde la indiferencia más absoluta al cabreo.

Que se lo hubiesen pensado mejor antes de quemar al personal.