Funcionario judicial de Barcelona multado por coacciones leves. Apela y se desestima su apelación. 150 euros de multa con apercibimiento de embargo e incluso de detención y prisión por impago. Hasta aquí, todo normal, asusta un poco pero es el procedimiento ordinario, prevé qué hacer si la multa no se paga.
La fiesta empieza cuando al condenado no le llegan las notificaciones de la confirmación de la sentencia. La jueza por su cuenta y riesgo ordena detenerle por impago mientras está de vacaciones, saltándose todos los protocolos.
Ahora no le queda otra que defenderse cual gato panza arriba, porque la tipa ésta ya ha estado tres años suspendida por tocarse la barriga a dos manos.
Perder la carrera judicial por el cobro de una multa de 150 euros... Cosas veredes.
#1 Mola cuando los intocables ponen los cojones encima de la mesa. Esto le pasa a un ciudadano de a pie, y se come el día en el talego y pagar la multa, y adiós muy buenas.
#3 Exacto, el desconocimiento tiene mucho que ver.
Cuando a algún chulillo se le dice tranquilamente "no, porque la ley dice esto otro", a menudo se echa para atrás. Laboro insiste mucho en eso, que hay zopencos que creen que mandan sus pelotas y no la ley, y luego vienen las sorpresas.
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Funcionario judicial de Barcelona multado por coacciones leves. Apela y se desestima su apelación. 150 euros de multa con apercibimiento de embargo e incluso de detención y prisión por impago. Hasta aquí, todo normal, asusta un poco pero es el procedimiento ordinario, prevé qué hacer si la multa no se paga.
La fiesta empieza cuando al condenado no le llegan las notificaciones de la confirmación de la sentencia. La jueza por su cuenta y riesgo ordena detenerle por impago mientras está de vacaciones, saltándose todos los protocolos.
Ahora no le queda otra que defenderse cual gato panza arriba, porque la tipa ésta ya ha estado tres años suspendida por tocarse la barriga a dos manos.
Perder la carrera judicial por el cobro de una multa de 150 euros... Cosas veredes.
Cuando a algún chulillo se le dice tranquilamente "no, porque la ley dice esto otro", a menudo se echa para atrás. Laboro insiste mucho en eso, que hay zopencos que creen que mandan sus pelotas y no la ley, y luego vienen las sorpresas.